La Habana, Cuba. – La interrupción del paso del gas ruso a través de Ucrania con los costos que significará a países que dependen de ese hidrocarburo para pasar el invierno, muestra los avatares de Europa como resultado de sus sanciones a Moscú, y las afectaciones provocadas por una guerra que el Viejo Continente ha apoyado.
Aunque la mayoría de sus naciones siguen apostando a un golpe militar a Rusia que no han logrado, todo indica que la paz negociada entre Moscú y Kiev será la mejor salida para todos.
La derrota de Rusia significaría un giro geopolítico de alcance mundial y para conseguirlo, la OTAN se ha empleado a fondo.
Con ese objetivo, la Unión Europea ha entregado a Ucrania más de 88 mil millones de euros, a los que se suman 175 mil millones de dólares enviados por Estados Unidos. Pero ese panorama cambiará.
Mesa a la vida
La salida política parece más cerca en la medida en que Ucrania se sigue desgastando por un conflicto bélico que ha resistido gracias, únicamente, al apoyo de Occidente, y cuando la próxima asunción de Donald Trump como presidente de Estados Unidos promete interrumpir la entrega de dinero de ese país a Kiev.
Sola, la Unión Europea no podrá sostener ese respaldo, sin contar que hay fisuras en el bloque en torno al tema. Países como Hungría y Eslovaquia son reticentes y, de hecho, sus líderes han visitado recientemente Moscú.
Incluso el presidente ucraniano, Volodmir Zelenski, ha dejado ver su anuencia a negociar, a lo que Rusia siempre ha estado dispuesta. No obstante, sería largo concretar la solución política; pero resultaría lo mejor para Europa y el mundo, que con preocupación advierte el peligro de que la guerra se torne nuclear.