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La Habana, Cuba.- El ALBA-TCP ha tomado partida hacia 2030 con una agenda que marcará su quehacer y puede citarse como lo más descollante de su XXIII Cumbre, junto a la aprobación de un Comunicado especial sobre Palestina que condena el genocidio cometido por Israel, y reclama el derecho de esa nación a ser considerada miembro pleno de la ONU.

No es que la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América haya marchado hasta hoy sin hoja de ruta. Los proyectos grannacionales marcaron su despunte luego de la fundación en 2004 por Chávez y Fidel, mientras la Operación Milagro y el Programa Yo si Puedo materializaban su propósito de justicia social y cooperación.

Pero, ahora, la implementación de una agenda con objetivos precisos a corto plazo la fortalece, dinamiza, y ratifica su carácter de máximo ente regional integracionista.

Veinte años en marcha

La Agenda 2030 del ALBA, aprobada este miércoles en Caracas, contempla, entre otros propósitos, el  relanzamiento de Petrocaribe, la profundización de los esfuerzos por la soberanía alimentaria, intercambio justo mediante la concreción del Tratado de Comercio de los Pueblos, y programas de desarrollo y cooperación que imbriquen más a la región con los polos alternativos que hoy emergen en el mundo.

Un elemento que le confirió carácter especial a su Cumbre fue el hecho de celebrarse en el año del XX aniversario del bloque, que será en diciembre, y en un contexto mundial donde descuella una multipolaridad en gesta pero, también, la vuelta de la amenaza neofascista.

Ello valida la importancia de la Alternativa Bolivariana. Sus principios siguen siendo hoy, la mejor fórmula para la soberanía y la prosperidad de Nuestra América.

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