La Habana, Cuba. – La anuencia expresada por Volodomir Zelenski a que Rusia participe en una eventual nueva versión de la denominada Conferencia de Paz, indica un cambio de postura del presidente ucraniano, y hace pensar en sus causas.
En la reunión de hace un mes, Kiev negó que Moscú se sentara en la mesa de conversaciones, lo que significaba de antemano que no habría solución ni negociación alguna.
Son sabidas las estrecheces de Ucrania para mantenerse como contendiente bélico de Rusia, algo que ha conseguido, sólo, por el sabido apoyo de Occidente.
¿Qué ha cambiado desde la reunión de Suiza a hoy? Tal vez lo que defina la nueva posición de Zelenski sea el apoyo de la OTAN, que en su última cumbre hizo suyo, lo que suyo es: la declaración de Rusia como su principal enemigo, y las condiciones que Moscú debería aceptar para que deje de serlo.
Zelenski apertrechado
La cercanía de la OTAN a los confines de Rusia, expresada en la posible entrada de Ucrania, fue uno de los motivos para que estallara el conflicto.
Ahora la Alianza sigue negando la membresía a Kiev, pero Occidente usa la guerra atizada por ella para satanizar a Rusia: está empeñada en demolerla, y ha estampado ese propósito en la declaración de la reciente cumbre de la OTAN.
Además, allí se definió a Ucrania en lo que llamaron “sus fronteras internacionalmente reconocidas”, lo que significa desconocer las declaraciones de adhesión a Rusia de parte de Crimea, Lugansk y Donestk, y las posiciones en el campo de batalla.
Oficializar las posiciones de Zelenski es una parcialización políticamente motivada que lo respalda, y equivale a emitir un ultimátum a Moscú. Bajo esas condiciones, la paz en Europa seguirá lejana.