La Habana, Cuba. – El gobierno de Javier Milei no solo dejará un Estado reducido, un país otra vez privatizado, ancianos desvalidos, y miles de despidos cuando termine su mandato.
Además, legará un país más endeudado. La aprobación este miércoles por el legislativo, de un Decreto de Necesidad y Urgencia que permitirá negociar otro acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, resulta un cheque en blanco que abre las puertas a un convenio todavía no negociado.
Se ignoran el monto, y los plazos de pago. Pero se sabe que el crédito resultará una nueva carga sobre la ciudadanía, y sobre los próximos gobiernos. Todo indica que, como durante el ejecutivo de Alberto Fernández, el empréstito se utilizará para cumplir con los compromisos ya adquiridos con el Fondo. Pero ya se sabe que, después, es imposible pagar. Cada nuevo crédito recicla y renueva la deuda, como una y otra vuelta a la noria.
Historia antigua
Luego que el gobierno de Néstor Kirchner liquidara la deuda contraída con el Fondo Monetario desde los años de 1990 bajo el mandato de Carlos Ménem, fue el ejecutivo del derechista Mauricio Macri quien volvió a endeudar el país.
El gigantesco crédito por más de 50 mil millones de dólares que le entregó el FMI, hizo que el gobierno de Fernández naciera lastrado por pagos que heredó de su antecesor. Ahora, la solicitud de Milei demuestra, primero, que su programa económico no es tan exclusivo, ni tan exitoso como pregona.
Ha acudido a los mismos mecanismos del modelo neoliberal que hundió al país hace 30 años. Si lo necesita, significa que de poco le ha valido exprimir a la ciudadanía para cumplir con la macroeconomía y reducir el déficit fiscal. Hoy, Argentina ni siquiera está en las mismas.