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Gran Bretaña.-La primera ministra conservadora británica, Liz Truss, se mantuvo hoy impasible frente a los llamados a renunciar que le hicieron en el Parlamento, tras el caos financiero provocado por su controvertido plan económico.

Soy una luchadora, no una desertora, aseguró Truss durante el tradicional intercambio de cada miércoles con los miembros de la Cámara de los Comunes, y donde el líder del Partido Laborista, Keir Starmer, le preguntó si como se rumora, abandonaría el número de 10 de Downing Street antes de Navidad.

La gobernante conservadora se encuentra en medio de una tormenta política luego del fracaso estrepitoso de las medidas fiscales con las que pretendía estimular el crecimiento del país y frenar la inflación.

Según el analista, lo único que tiene Truss a su favor hasta el momento es que los diputados conservadores no se ponen de acuerdo sobre quién debería ser su sucesor.