Foto: Prensa Latina

La señora japonesa Terumi Kuramori, sobreviviente de la bomba atómica lanzada en Nagasaki, expuso en el Foro Los jóvenes por un mundo de paz, sin armas nucleares, que su familia sufrió en carne propia los horrores de esa tragedia atómica.

Recordó en la cita celebrada este martes en La Habana que vio jóvenes con la piel desgarrada, mujeres con sus globos oculares en sus manos y a niños como carbón quemados por la bomba atómica.

El japonés Jouji Ueda, natural de Hiroshima, dio detalles del momento en que el arma nuclear chocó en su ciudad y provocó una expansión de fuego y lava ardientes, que poco a poco incineró a miles de personas inocentes.

Los jóvenes deben conocer esos detalles, argumentó el sobreviviente de esa tragedia, porque son quienes deben luchar para que esa atrocidad no se repita más.

Los japoneses participantes en el Proyecto Barco por la Paz desarrollaron un programa de visitas en La Habana.

El mundo dice no a las armas nucleares

En su intervención en el Foro Los jóvenes por un mundo de paz, sin armas nucleares, Fernando González expresó que la tarea esencial de los jóvenes es conocer esa barbarie del lanzamiento de las bombas en Hiroshima y Nagasaki.

Señaló que miles de personas inocentes murieron de un golpe y otras quedaron marcadas con múltiples limitaciones físicas, y aclaró que actualmente hay naciones que no han ratificado el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares.

Recordó el pensamiento de Fidel que tanto batalló contra las guerras, el intervencionismo y la destrucción de la naturaleza por intereses de rapiña, y aseveró que sus palabras: Que jamás vuelva a ocurrir semejante barbarie es hoy un mandato urgente.

Los más de mil participantes en el Barco por la Paz, iniciativa contra el uso de las armas nucleares, desarrollaron en La Habana un amplio programa de intercambio.

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