El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, rindió homenaje póstumo al presidente eterno de La República Popular Democrática de Corea, Kim Il Sung, y al dirigente de ese país Kim Jong Il.

El suceso tuvo lugar en la histórica y céntrica colina capitalina de Mansu, luego de un inesperado encuentro con el presidente del Partido del Trabajo de Corea, Kim Jong Un.

El titular ruso depositó un cesto de flores también ante las estatuas de bronce, en compañía de representantes diplomáticos de Moscú en la capital asiática, y consideró que la solución al diferendo en la península coreana solo podía lograrse, tras la suspensión de todas las sanciones impuestas a Corea Democrática.

El Ministro agregó que Rusia estaba lista para apoyar acuerdos relacionados con Pyongyang que cumplan los intereses de todas las partes involucradas.