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La climatóloga, e inventora estadounidense Eunice Newton Foote, nació el 17 de julio de 1819, en Goshen, Connecticut, Estados Unidos. Fue una destacada investigadora que descubrió una clave para entender el efecto invernadero, el cambio climático, la ciencia del clima y la meteorología.

Fue signataria de la Declaración de Sentimientos y una de las editoras de las actas de la Convención de Seneca Falls de 1848, la primera reunión que trató los derechos de la mujer como su único enfoque. En 1856 publicó un artículo notable por demostrar la absorción de calor por parte del CO2 y el vapor de agua y formular la hipótesis de que las cantidades cambiantes de CO2 en la atmósfera alterarían el clima. Fue la primera publicación conocida en una revista científica de una mujer estadounidense en el campo de la física. Publicó un segundo artículo en 1857, sobre la electricidad estática en los gases atmosféricos. Aunque no era miembro de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, sus dos artículos se leyeron en las conferencias anuales de la organización; esos fueron los únicos artículos en el campo de la física escritos por una mujer estadounidense hasta 1889. Continuó patentar varias invenciones.

Foote murió en 1888 y durante casi cien años se desconocieron sus contribuciones, antes de ser redescubierta por mujeres académicas en el siglo XX. En el siglo XXI, surgió un nuevo interés en Foote cuando se dio cuenta de que su trabajo era anterior a los descubrimientos realizados por John Tyndall, quien había sido reconocido por los científicos como la primera persona en mostrar experimentalmente el mecanismo del efecto invernadero relacionado con la radiación infrarroja. El examen detallado de su trabajo por parte de científicos modernos ha confirmado que tres años antes de que Tyndall publicara su artículo en 1859, Foote descubrió que el vapor de agua y el CO2 absorben el calor de la luz solar.

Además, su opinión de que las variaciones en los niveles atmosféricos de vapor de agua y CO2 darían como resultado el cambio climático, precedió a la publicación de Tyndall de 1861 por cinco años. Debido a los límites de su diseño experimental, y posiblemente a la falta de conocimiento de la radiación infrarroja, Foote no examinó ni detectó la absorción y emisión de energía radiante dentro del rango del infrarrojo térmico, que es la causa del efecto invernadero. En 2022, la Unión Americana de Geofísica instituyó la Medalla Eunice Newton Foote para las Ciencias de la Vida Terrestre en su honor para reconocer la investigación científica sobresaliente.

Foote llevó a cabo una serie de experimentos que demostraban las interacciones de los rayos de sol sobre diferentes gases. Usó una bomba de aire, cuatro termómetros y dos cilindros de vidrio. Colocó dos termómetros en cada cilindro y con la bomba de aire evacuó el aire de un cilindro y lo comprimió en el otro. Permitió que los dos cilindros alcanzaran la misma temperatura y los colocó después al sol para medir la variación de la temperatura en diferentes condiciones de humedad. Realizó el experimento con CO2 (anhídrido carbónico), aire e hidrógeno. De los gases que probó Foote concluyó que el que atrapaba más calor era el CO2 alcanzando una temperatura de 125 grados Fahrenheit (51.7 grados Celsius.

Conocedora del debate sobre las causas del clima cálido y húmedo del Devónico tardío y el inicio del Carbonífero, hace unos 360 millones de años, cayó en la cuenta de que en dicho periodo la atmósfera albergaba un alto contenido en CO2, concluyendo, en sus propias palabras, que: “Una atmósfera de ese gas podría darle a nuestra Tierra una elevada temperatura; y como algunos suponen, en algún periodo de su historia, el aire estuvo mezclado en éste en una proporción mayor que la actual, con lo que debería haber resultado necesariamente un incremento de la temperatura provocada por su propia acción y por el aumento del peso del aire”.

El profesor Joseph Henry presentó en 1856 en la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia el resultado de los experimentos de Foote con cilindros calentados al sol rellenos con diferentes gases titulado Circunstancias que afectan el calor de los rayos de sol”. La mayoría de divulgadores han coincidido en señalar la discriminación de género de la época como causa de que Foote no presentara su propio resultado, pero lo cierto es que las mujeres no tenían prohibido realizar sus propias presentaciones, como demostró la propia Foote presentando su segundo artículo en la Asociación en 1857 después de que su marido Elisha Foote adquiriese la membresía el año anterior por recomendación de Joseph Henry.

El Profesor Henry presentó el documento con las siguientes palabras: “La ciencia no era de ningún país y no tenía sexo. La esfera de la mujer abarca no sólo lo bello y lo útil, sino lo verdadero.”

Eunice Foote y su esposo Elisha fueron ambos inventores. Rachel Brazil, escritora científica de Chemistry World, señaló en 2020 que Elisha presentó una patente en 1842 sobre una estufa de cocina controlada termostáticamente que había sido inventada por Eunice. Según Brazil, las invenciones de Eunice solían «patentarse a nombre de su marido, porque las mujeres casadas no podían defender las patentes ante los tribunales». La propia Foote reconoció la práctica en 1868, cuando Stanton la visitó en la oficina de patentes. Ella le dijo a Stanton que, en su opinión, la mitad de las patentes presentadas eran sobre invenciones de mujeres, pero debido a que los hombres controlaban el dinero necesario para hacer un modelo y buscaban el prestigio, tomaron las patentes de mujeres en su propio nombre. En 1857, Elisha recibió un acuerdo sustancial por infracción de la patente de la estufa de 1842.

Eunice presentó una patente a su propio nombre en 1860 sobre una plantilla para zapatos y botas hecha de una sola pieza de caucho vulcanizado para «evitar el chirrido de botas y zapatos». Un patín que inventó, que no tenía correas, se informó en The Emporia News en 1868. En 1864, Eunice desarrolló una nueva máquina de fabricación de papel de tipo cilindro. El Daily Evening Star informó que la máquina permitía fabricar papel para envolver e imprimir de mejor calidad a menor costo.

Eunice Newton Foote, murió el 30 de septiembre de 1888, en Lenox, Massachusetts Estados Unidos.

Referencias