La Habana, Cuba. – Estados Unidos salió mal parado al renovar una falsa acusación contra China que ese país respondió, demandándole levantar el bloqueo a Cuba.
— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) July 3, 2024
Arrojar lodo a otros no aliviará sus propios crímenes, dijo la vocera de la Cancillería en Pekín. Obviamente, la falaz acusación implica a la Isla.
Se trata de un presunto «informe» de un think tank estadounidense, en el cual se afirma que en nuestro país existe una base china con escuchas ilegales que afectarían la seguridad estadounidense.
El perverso y falso señalamiento huele a ciencia ficción, y ha sido peligrosamente reiterado por funcionarios de la Casa Blanca al diario Wall Street Journal.
La portavoz china develó sus propósitos oscuros, al asegurar que la cooperación entre nuestros países «es solemne». Contra ella, dijo la portavoz, nunca será aceptada la acusación ni la calumnia de un tercero.
Mentira sobre mentira
Los sucesos dejan ver la guerra diplomática y tecnológica con que Washington pretende frenar el desarrollo chino y la expansión de su comercio por el mundo. Pero, al propio tiempo, exhiben la falacia en que se asienta su poco honorable política exterior.
No solo ha vuelto a mentir en torno a Pekín. Fabricar acusaciones contra Cuba es la única forma -y no lo consigue- de justificar su asedio. Así se explica, por ejemplo, la aparente contradicción de reconocer que la Isla coopera en el enfrentamiento al terrorismo y, sin embargo, la mantiene en la lista de naciones que supuestamente, promueven el flagelo.
La respuesta china fue ejemplar al demandar a la Casa Blanca dejar de interferir en los asuntos internos de Cuba, retirarla de la lista y levantar el bloqueo. El andamiaje en que se asienta su poder está a la vista: mentira sobre mentira.