La Habana, Cuba. – Finalizaba 1922 cuando numerosos jóvenes universitarios en La Habana acordaron constituir una organización que cohesionara a todos sus compañeros para la defensa de los intereses colectivos.

En Cuba, la repercusión política de los Movimientos por la Reforma Universitaria en Argentina, y en la ciudad colombiana de Córdova sirvió de acicate para materializar tan justo empeño, que cristalizó el 20 de diciembre hace casi 100 años con la fundación de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).

La prensa de esa época soslayó el acontecimiento, pero el tiempo corroboró la trascendencia del nacimiento de una de las primeras organizaciones juveniles revolucionarias en el país.

Desde entonces no hubo un solo capítulo de la historia en el que la FEU haya dejado de alzar su voz en favor de la Patria y su soberanía.

Fieles al legado estudiantil

Desde las filas de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), Julio Antonio Mella y otros combatientes participaron junto al proletariado en disímiles acciones contra la voracidad imperialista y la degradación moral de oportunistas que, supuestamente revolucionarios, actuaban a la sombra del gangsterismo y la corrupción.

Con el triunfo de la Revolución la FEU, junto al pueblo, asumió con denuedo las nuevas tareas derivadas de las transformaciones del naciente proyecto social; sin vacilación alguna, la organización estudiantil universitaria hizo suya tales misiones en defensa de los intereses de la nación y por primera vez en la historia de Cuba, la Universidad se amplificó por todo el país como patrimonio del pueblo.

Desde aquellos primeros años, como en nuestros días, los estudiantes universitarios han sido partícipes de los desafíos que plantea la Revolución.

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