Raúl Gómez García. Foto: EcuRed

La Habana, Cuba.- La ciudad de Santiago de Cuba vio nacer el 14  de diciembre de 1928 al intrépido revolucionario: Raúl Gómez García.

 

Descendiente de mambises, desde temprana edad recibió de su familia las ideas libertadoras, que de joven concretó en publicaciones estudiantiles y regionales, así como en actos cívicos.

Siempre se mostró apasionado por la poesía, la filosofía y la historia. Nació con una vocación innata de comunicador, cualidad que le facilitó colaborar con el periódico El Estudiantil, canal que empleó para denunciar los problemas de inmoralidad y abuso que sucedían en su centro escolar.

Aunque matriculó Derecho, pronto descubrió que su verdadera vocación era la Pedagogía, profesión en la que permaneció solamente por dos años, quedando interrumpida al participar en el Asalto al Cuartel Moncada.

Ya estamos en combate

Poco antes de partir hacia el asalto a la fortaleza militar Moncada, Fidel Castro leyó, en la Granjita Siboney, el Manifiesto de la Nación, que Raúl Gómez García había redactado por encomienda  suya.

Este documento recoge lo esencial del pensamiento de una juventud dispuesta a cambiar aquel momento  histórico. El ideario martiano respalda esas páginas, y hay una ardiente alusión al centenario de José Martí.

Al finalizar la lectura del mismo, la voz emocionada de Raúl Gómez García recitó unas estrofas de su poema Ya estamos en combate: En nuestra sangre hierve el hado azaroso// De las generaciones que todo lo brindaron// En nuestros brazos se alzan los sueños clamorosos//  Que vibran en el alma superior del cubano// Ya estamos en combate…

Un brutal crimen

En el asalto al Cuartel Moncada, Raúl Gómez García fue designado para la toma del hospital civil, Saturnino Lora.

Herido y entendiendo que el factor sorpresa había fallado, se dirigió a un empleado que se encontraba cerca y le pidió un papel y una pluma, luego escribió unas líneas muy breves para su madre: Caí preso. Tu hijo.

El moncadista intentó auxiliar a un militar también lastimado,y, en bestial respuesta al sincero gesto humanista, fue apresado, torturado y asesinado. Las últimas 14 letras que Raúl Gómez García escribió no pertenecen a una reflexión poética.

Esas cuatro palabras, que llegaron a manos de su madre, son una prueba irrebatible de los crímenes que la tiranía cometió con los sobrevivientes del  ataque al Moncada.

Ese  mensaje quedó como testimonio del  brutal asesinato del poeta de la Generación del Centenario, que solo contaba con 25 años.