La Habana, Cuba. – Con una tradición y una liturgia acumulada por miles de años de existencia, la Iglesia Ortodoxa Rusa se perfila como una institución sólida y de gran arraigo, con millones de seguidores.
El bautizo en el año 988 del príncipe Vladímir, quién bautizó a toda la población de Kiev, marcó un punto de inicio de la evangelización de esa región.
Después de la destrucción de Kiev por las invasiones tártaro-mongolas y su posterior decadencia, los patriarcas y metropolitanos rusos se trasladaron a Moscú, desde donde en 1448 la Iglesia Rusa se independizó del Patriarcado de Constantinopla, abriendo la época de la autocefalia, que refiere una independencia de toda autoridad religiosa de mayor rango.
Al igual que otras iglesias ortodoxas autocéfalas, la Iglesia Rusa tiene autoridad para canonizar y establecer cambios en su santoral.
La Iglesia Ortodoxa Rusa en el Mundo
La Iglesia Ortodoxa Rusa es hoy una institución con representación en divesos países, con más de 150 diócesis, muchas de ellas fuera de Rusia, un número superior a los 800 monasterios, miles de sacerdotes y seminaristas y millones de feligreses.
El nivel más alto de autoridad en la Iglesia Ortodoxa Rusa es ejercido por el Consejo Local, que comprende a todos los obispos, así como representantes de los clérigos y laicos. Otro órgano de poder es del Consejo Episcopal.
En los períodos comprendidos entre los Consejos de las más altas facultades administrativas son ejercidas por el Santo Sínodo de la Iglesia Ortodoxa Rusa, que incluye siete miembros permanentes y está presidida por el Patriarca de Moscú y de todas las Rusias.
La máxima figura de esa iglesia hoy es Cirilo, el XVI Patriarca de Moscú y de todas las Rusias, quien visitá a Cuba desde este jueves.