El 20 de octubre de 1948 en la provincia de Camagüey fue vilmente asesinado el líder campesino Sabino Pupo Milián con solo 53 años de edad.  

Este gran hombre desde muy joven luchó por los derechos de los campesinos y se enfrentó a las presiones de los terratenientes de Camalote que trataban de obligar a los campesinos a pagar rentas.

 A causa de ese hecho los agricultores realizaron una protesta, bajo el argumento de que dichas tierras le pertenecían al Estado y por tanto no se encontraban en la obligación de realizar un pago para su labrado.

Tiempo después inconforme con la situación de los hombres de su clase y, tras varias zafras de machetero en las colonias cañeras de Camagüey, Sabino Pupo Milián se vinculó a la asociación campesina Álvaro Reinoso constituida en la zona donde vivía.

La moral no se compra

En busca de tierras más fértiles Sabino Pupo marchó de Camalote, donde se había enfrentado a los terratenientes de la zona por defender los derechos del campesinado, hacia Nuevitas en Camagüey.

Junto a varias familias se instaló en un nuevo asentamiento que era terreno de interés de la empresa estadounidense Manatí Sugar Company, por lo que sus representantes trataron de convencerlo para que las desalojaran, a lo que Pupo se opuso.

Le ofrecieron un cheque en blanco y varias caballerías de tierra para que abandonara la lucha, y su respuesta fue tajante: No existe dinero para comprar la vergüenza del campesino. Si me entregan el mismo central Manatí, no lo cambio por mi prestigio y el de mi familia ni el derecho de los campesinos a la tierra.

Ante su negativa la empresa estadounidense mandó a asesinarlo, hecho que se consumó el 20 de octubre de 1948.

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