La Habana, Cuba. – Más de 11 millones de cubanos acuden cada mes a la red de bodegas para adquirir la canasta familiar normada, priorizada en un contexto de recrudecimiento del bloqueo y de una compleja situación epidemiológica debido a la Covid-19. 

Por cada libra de arroz, frijoles o azúcar que usted, consumidor, recibe de manera regulada, 5 mil 200 toneladas se deben trasladar a las bodegas, una tarea exitosa gracias a la labor de proveedores, transportistas y trabajadores del comercio.

En estos meses la población no ha dejado de recibir los productos normados,  incluyendo el café y el aceite que se elabora en las tres fábricas del país.

También, durante este tiempo de enfrentamiento a la pandemia, un módulo de aseo, a precios no subsidiados, se ha incluido en la venta regulada, cuyos ciclos de distribución varían de acuerdo con la disponibilidad de las materias primas.

Prioridad del país

En estas circunstancias excepcionales, provocadas por la pandemia, se ha asegurado el expendio de la canasta familiar normada, y la Industria Alimentaria ha multiplicado la producción de varios insumos con destino a la venta en el comercio interno.

Ante el encarecimiento de los alimentos a nivel mundial, Cuba realizó una importación adicional para incrementar el acceso a productos de primera necesidad a través de la venta controlada y sin subsidios.

Durante esta etapa, no ha faltado tampoco la protección a los sectores vulnerables, pues se mantiene la atención diferenciada a niños y adultos mayores de 65 años, una medida adicional del sistema de comercio interior.

Diversas han sido las alternativas adoptadas para garantizar los alimentos básicos que se ofertan en las más de 12 mil bodegas del país, prioridad en todos los tiempos.