Una vista desde las afueras del Memorial. Foto: L. Mitjans.

Una vista desde las afueras del Memorial. Foto: L. Mitjans.

La Habana, Cuba.- En una entrevista concedida a Radio Reloj, el historiador Pedro Pablo Rodríguez afirmó que la figura de José Martí no aburría; el problema, explicaba, era que del apóstol siempre se exponía lo mismo: antiimperialista, latinoamericanista, autor intelectual del Moncada; cuando su vida fue mucho más rica y llena de matices como la de cualquier mortal.

Quizás una de los retos más grande que enfrenta hoy la educación en todos los niveles es acercar al Héroe Nacional a las nuevas generaciones, que acostumbradas a escuchar o leer las anécdotas de siempre con un lenguaje poco refrescante y demasiado academicista en ocasiones, buscan otros referentes.

La única imagen de Martí sonriendo.

La única imagen de Martí sonriendo.

La solución que algunos intelectuales han encontrado para que Martí llegue a los jóvenes, o ellos a él, es “humanizar su figura”, lo que se traduce en centrar la atención en su intimidad, sus enfermedades, sus amores y desamores; como si todo esto no fuera propio de la naturaleza humana. Sobre esta tendencia, declaró el también Director General de la Edición Crítica de las Obras Completas de Martí

Al final, entre los extremos de hacer del Héroe un ser perfecto y sacar a la luz sus rasgos de “hombre común”, los jóvenes se distancian cada vez más de su figura; a tal punto que la lectura de sus textos, lejos de ser un placer llega a ser una obligación y a veces, muchos lo consideran un castigo. En tales circunstancias: ¿cómo se van a comprender las magistrales enseñanzas de Las Cartas a María Mantilla o la sensualidad del poema La Bailarina Española?

Aún o a pesar de todo, siempre están al alcance de la mano esas pequeñas cosas evidentes que se muestran a los ojos de todos pero que pocos ven. Situado en la base del monumento al Apóstol en la Plaza de la Revolución se encuentra El Memorial José Martí: un lugar donde el héroe no aburre porque es niño, es joven, es adulto, es revolucionario, es pasado, presente y futuro.

El memorial

Un lugar para disfrutar. Foto: L. Mitjans.

Un lugar para disfrutar. Foto: L. Mitjans.

Es casi imposible pasar por las cercanías de la Plaza de la Revolución y no mirar el imponente monumento, las imágenes de Camilo y Che y la estatua de un Martí sin traje, con un estilo que evoca a los monumentos griegos. Todo ello, unido al memorial, es pausa obligada para visitantes extranjeros o de otras provincias del país.

Lo primero que muchos hacen al subir las escalinatas es retratarse en el lugar donde los altos dirigentes del país ofrecían sus discursos con una multitud que solo certifica con certeza absoluta quien ha formado parte de ella. Los retratos son de varios ángulos: unos con vista a la Plaza y otros con vista a Martí.

Tal vez por el diseño o el lugar donde está enclavado; quizás por la historia o por el hecho de saber que numerosas personalidades fueron veladas allí o la idea de que a ese lugar han ido importantes figuras a rendir tributo al Héroe; provoca esa sensación de que uno ha llegado un lugar diferente.

“El Monumento a José Martí está formado por un basamento en forma de estrella de cinco puntas con un diámetro de 38.80 metros y una torre central que se alza hasta los 100.14 metros de altura (…) El conjunto del Memorial cuenta a su vez con cinco faroles ornamentales () (Revista: Algo más que piedra) (+Audio)

Pero lo impresionante no está solo en la construcción. El Memorial es como la joya protegida por una edificación que ha vencido al tiempo. Durante la semana, es un lugar silencioso. La primera vista es una pequeña estatua de Martí escoltada por la bandera cubana y casi siempre una ofrenda floral. El predominante color verde llama más la atención a primera vista que las columnas y las frases del apóstol bañadas de oro.

Parte del interior del Memorial. Foto: L. Mitjans.

Parte del interior del Memorial. Foto: L. Mitjans.

En el recorrido por las salas, solitario o con la compañía de un guía, la sensación es que de él todavía queda mucho por descubrir. Allí uno comprende que en la memoria de todos los países, de la humanidad, hay gente que vivieron para no morir y José Martí es uno de ellos.

Los fines de semana la dinámica cambia porque la solemnidad no siempre debe ser enemiga de la alegría. Y si la idea es vincular a los jóvenes con el Héroe Nacional ¿qué puede ser mejor que el monumento que resguarda su vida, abra sus puertas a la diversión? (Audio)

La mayor concentración registrada en la Plaza de la Revolución.

La mayor concentración registrada en la Plaza de la Revolución.

Figura del destacado artista Camil. Foto: L. Mitjans.

Figura del destacado artista Camil. Foto: L. Mitjans.

El imponente monumento: Foto: L. Mitjans.

El imponente monumento: Foto: L. Mitjans.

PS. Los audios son de una de las guias del Memorial José Martí: Amarilis Ávila