Los medios de prensa manipularon al público sobre Trump

La Habana, Cuba. – Si vamos a hablar de falsedades, forcejeos y triquiñuelas mediáticas, hay un ejemplo clarísimo a la mano: la campaña presidencial de Donald Trump.

Y es que la prensa se prestó abiertamente para aquel juego de hace ya más de tres años. Varias cadenas de televisión y periódicos norteamericanos le dieron al candidato la mayor exposición mediática en la historia de Estados Unidos.

Cubrieron cada rally de campaña. El colmo fue que durante las primarias recibió tres veces más cobertura que el resto de los candidatos republicanos, y el doble que Hillary Clinton y Bernie Sanders juntos. Y si a esto se suma todo el entramado en redes sociales, buscando ganar clics por dondequiera, cabría pensar que todo se confabuló para colar al presidente por los ojos, a golpe de embustes, inventos, proezas magnificadas y manipulaciones de todo lo que realmente ocurría.

La verdad parece no importar

El caso de la campaña de Donald Trump sirve para ilustrar cómo la posverdad, o sea, los hechos simulados para ser creídos como verdad, han llevado a muchos analistas a hablar de un cambio de paradigma en materia de generación de contenidos y ética de la comunicación.

Es cierto que el embuste informativo ha existido siempre, pero lo que alarma es que la verdad parece haber dejado de ser relevante. Mucho de lo que hoy se asevera notiene una base en la realidad.

Hasta abundan los supuestos especialistas dispuestos a demostrar cualquier afirmación por dinero, cercanía con el poder o posibilidad de influencia. Y no son pocos los que después difunden esos bulos como si fueran certezas probadas.

En algunos casos por ignorancia, en otros con toda intención. Lo innegable es que la verdad ha entrado en crisis, y eso lastima y cuesta.