El uso de medicamentos sin prescripción médica se está convirtiendo en una gran amenaza para la salud pública y para la aplicación de una ley en el mundo.

Los opiáceos causan el mayor daño y representan el 76 por ciento de las muertes asociadas a consumo de sustancias psicoactivas, según el último Informe Mundial de Drogas, publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.

Por ejemplo, el fentanilo sigue representando una alerta en América del Norte, mientras que el tramadol, utilizado para tratar dolores moderados y severos, se ha convertido en una preocupación en zonas de África y Asia.

El acceso al fentanilo y al tramadol para usos médicos es vital en el tratamiento del dolor, pero los traficantes los fabrican ilícitamente y los ofrecen en el mercado negro, causando daños considerables a la salud.

Mirada global

El Informe Mundial de Drogas 2018 ofrece una mirada global de la oferta y demanda de opiáceos, cocaína, marihuana, estimulantes de tipo anfetamínico y su impacto en la salud.

Sobre las vulnerabilidades en diversos grupos de edad, el texto señala que los daños asociados al consumo son mayores en los jóvenes, en comparación con los adultos.

El abuso de sustancias en la adolescencia incrementa la probabilidad del desempleo, los problemas de salud física, las relaciones sociales disfuncionales, la tendencia al suicidio, así como las enfermedades mentales.

El Informe Mundial de Drogas 2018 ilustra la magnitud y complejidad sin precedentes de los mercados mundiales de las drogas, y las consecuencias adversas para la salud.

La situación exige renovados esfuerzos por apoyar la prevención y el tratamiento de la drogodependencia.