Fruto de la Revolución. Foto: cubahora.

Fruto de la Revolución. Foto: cubahora.

La Habana, Cuba.- Para que fueran formadores de patriotas, de revolucionarios y de excelencias en el arte, según las palabras de Fidel, fueron llamados los jóvenes con vocación artística a incorporarse a las Escuelas de Instructores de Arte.

Surgidas en plena Batalla de Ideas, en el año 2000, a aquellos muchachos el Comandante en jefe les pidió también que fueran modelo de disciplina, creatividad y ética, porque desempeñarían una labor propiciadora de riqueza espiritual y conocimientos, sobre todo, entre niños y adolescentes.

O sea, un granito de arena en la búsqueda de un futuro mejor para el pueblo cubano. La vocación humanista de la Revolución es referencia para quienes creen en la posibilidad de un mundo mejor al de la barbarie, diría Fidel a los Instructores de arte, catalogados ya por él como valientes abanderados de la cultura y el humanismo.

Y los jóvenes respondieron

Comprometidos a honrar el nombre de José Martí y a ser fieles a la Revolución, los nuevos Instructores de Arte irrumpieron con fuerza dentro del panorama cultural cubano, en los inicios del siglo XXI.

Una de aquellas primeras muchachas graduadas en la especialidad de Teatro, Dayneris Gastón Brugal, rememora para la Revista Semanal cómo se ganó el cariño de padres, alumnos y maestros, en la escuela Juan  Álvarez Castillo, de Arroyo Naranjo, donde cumplió su servicio social. Mi prueba de fuego fue, dice, ayudar en la preparación de las celebraciones por la Jornada Camilo-Che y por el Día de la Cultura Cubana. Una feliz presentación en la sede del Ejército Occidental, de una ronda en la que se le cantó a la paz, sería la culminación de tales empeños, recuerda. Andaba el camino trazado por Fidel.

Formados para formar

Al rememorar para la Revista Semanal sus experiencias como Instructora de Arte, Dayneris Gastón Brugal explica que se formó con programas que partían de materias vitales para la enseñanza del arte, con el propósito de graduar un instructor con conocimientos y creativo.

Luego, al incorporarme a la vida laboral, continué de la mano de especialistas que, a través de preparaciones metodológicas y talleres, siguieron de cerca mi desarrollo como profesional, dice.

Recuerda también como algo crucial el hecho de que comenzó a trabajar por un programa muy bien concebido, vigente desde septiembre de 2004. Esparcir el conocimiento recibido fue condición primaria para esta joven, ejemplo de la disciplina, la creatividad y la ética con la que nacieron los nuevos Instructores de Arte a instancias de Fidel.