BAKÚ, Azerbaiyán.- Rompiendo el cerco del bloqueo cada vez más fuerte de Estados Unidos y luego de recorrer más de 11 mil 300 kilómetros, llegó a la ciudad portuaria de Bakú la delegación cubana que participa en la XVIII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados, «porque los graves desafíos actuales nos exigen retomar el papel que, como movimiento que agrupa a la mayoría del planeta, le corresponde a los No Alineados en la arena internacional».

Así lo aseguró el Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez al hablar en nombre de Cuba en la reunión del Movimiento que agrupa a más de dos tercios de las Naciones Unidas y alrededor del 55 % de la población mundial. Junto a líderes de 120 países, el mandatario cubano destacó la necesidad de trabajar unidos, apegados a los principios fundacionales de Bandung. «Es nuestra responsabilidad como políticos y nadie lo hará por nosotros», afirmó.

Consideró el Presidente cubano que las naciones que con su sangre, sudor y sufrimiento han pagado el mayor precio del progreso tienen todo el derecho a preguntar por qué se incrementan los gastos militares, por qué se subestima la gravedad del Cambio Climático y por qué no se silencian las armas y se compensa a las naciones.

«Cuba se honra con ser el primer país latinoamericano en los NOAL. Este concierto de naciones libres que opera bajo reglas democráticas y sin veto, es lo que defendemos y soñamos ver un día en la ONU».

El mandatario reiteró aquí la solidaridad de Cuba con todos los pueblos que luchan porque se reconozca su libre derecho a la autodeterminación; el rechazo a las decisiones unilaterales de Estados Unidos en apoyo a Israel y contra Irán; y el llamado a poner fin a la guerra contra el pueblo sirio y encontrar una solución amplia, justa y duradera al conflicto israelo-palestino.

Asimismo, rechazó las campañas de Estados Unidos contra fuerzas políticas, líderes de izquierda y gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe; y reafirmó la solidaridad con el Presidente constitucional de Venezuela, Nicolás Maduro Moros, y la Revolución Bolivariana, y el apoyo al gobierno de Nicaragua ante los intentos estadounidenses de desestabilizar esa nación.

En sus palabras, Díaz-Canel felicitó al pueblo de Bolivia y al Presidente Evo Morales Ayma por su reelección. Al propio tiempo, denunció el intento de golpe de estado que allí se promueve y la campaña de tergiversaciones, desestabilización y violencia desatada por sectores de la oposición e instigada por Estados Unidos.

«La Tercera Guerra Mundial no es la próxima Guerra. Es la guerra sin fecha de comienzo ni cálculo de fin, que hace años desangra a naciones nobles y pacíficas, con armas de los ejércitos imperiales, soldados mercenarios y terroristas disfrazados de libertadores, en nombre del combate al terrorismo, la defensa de la democracia, la libertad o los derechos humanos. ¡Mentira!»

En pleno siglo XXI llueven amenazas y agresiones de diverso grado sobre todos los gobiernos soberanos que se niegan a servir a la potencia hegemónica para instalar bases militares, entregar sus recursos o ceder a su mandato, subrayó.

Ahí está la heroica Venezuela, reafirmó, a la que durante décadas saquearon sus casi infinitas reservas energéticas, hasta que la Revolución Bolivariana las rescató para ponerlas al servicio de su pueblo y de la solidaridad y la cooperación regional e internacional.

«En el colmo de la infamia y el cinismo, el imperio acusa al Gobierno Bolivariano de ser un instrumento de Cuba. Como no practican ni conocen la solidaridad, ciegos de maldad e impotencia, acusan a nuestros colaboradores de la salud, de militares disfrazados y persiguen y bloquean el comercio entre nuestras naciones, afectando la vitalidad de nuestras economías».

El estadista caribeño denunció en el Centro de Congresos de Bakú que Estados Unidos «rompe convenios, desata guerras comerciales, electrónicas, mediáticas. Cierran puertas, levantan muros, confiscan activos, roban fondos, prohíben intercambios. Desconocen y violan las leyes internacionales. Prometen hacer grande a América, su América que no es la nuestra».

Díaz-Canel agradeció a los No Alineados su histórica posición de condena y rechazo al bloqueo de más de cinco décadas y la Ley Helms-Burton. «Contra toda lógica humana de convivencia en el respeto a las diferencias, el bloqueo se recrudece por día. Apenas pasa una semana sin que se anuncien nuevas medidas de estrangulamiento a nuestra economía».

Como los piratas de otras épocas, consideró, el actual gobierno de los Estados Unidos ha extendido su política de cerco hasta el mar, persiguiendo y sancionando con saña a empresas, buques y navieras que transporten combustible a Cuba.

No obstante, reiteró, «no cederemos ante las amenazas y las presiones y no renunciaremos al empeño de avanzar en nuestro proyecto de construcción de una nación próspera y sostenible».

Díaz-Canel ratificó al MNOAL que «las nuevas generaciones de dirigentes de Cuba darán continuidad a los principios que durante casi 60 años hemos sostenido en el concierto de las naciones que lo integran y que tenemos el desafío y la fuerza para corregir los desequilibrios que hoy ponen en riesgo la paz mundial».

El Presidente aseguró a los miembros del MNOAL que solo la unidad podrá salvarnos. «Somos más. Hagamos más», concluyó. (Leticia Martínez Hernández | Tomado de www.granma.cu)