Crece la tensión con la situación de Taiwán

La Habana, Cuba. – Desde su llegada a la Casa Blanca la actual administración norteamericana ha tenido un comportamiento totalmente provocador en el delicado asunto que representa para China la integridad de su territorio nacional, del cual forma parte la isla de Taiwán.

Como se sabe, esa porción ubicada frente a la parte continental de China, fue ocupada por los remanentes del gobierno derechista vigente en el país hasta el triunfo revolucionario y la fundación de la República Popular China.

La propia comunidad internacional decidió en 1971, por una mayoría de 170 votos, reconocer al gobierno de Beijing como el único y legítimo representante del pueblo chino ante las Naciones Unidas, y concordó en que la isla de Taiwán es parte inalienable del gigante asiático, contra la intención hegemonista de sabotear esa decisión.

Abierta injerencia

En su constante hostilidad contra China, el gobierno de Donald Trump decidió por estos días vender armamento a Taiwán por más de 2 mil millones de dólares, lo que implica fortalecer a una administración local violadora de las disposiciones internacionales que consideran a la Isla parte inalienable e irrenunciable de China.

La intención, como se entiende, no es otra que obstaculizar la política china de unidad nacional y elevar la temperatura de un conflicto aún por resolverse.

Por lo pronto, China condenó esa provocadora decisión de Washington, reiteró que Tawián es parte del territorio nacional, y decidió imponer sanciones a toda empresa norteamericana que suministre pertrechos a esa Isla, que sin dudas la Casa Blanca considera un asidero en su política contra Beijing.

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