La Habana, Cuba. – Ya votamos, ¿Y ahora qué?  Después de ejercer un voto que es voluntad, es promesa y confirmación del modo en que queremos el mundo repartido para todos, sólo nos queda el trabajo, crear, afincar el codo.

Cada cual firme en su puesto, no esperará por el otro, realizará su tarea sabiendo que no está solo, aunque el perverso enemigo, en su empeño patológico persista en ponernos trabas y multiplicar escollos.

Cumpla bien el delegado su encargo con recto aplomo, haga suya la encomienda que le han confiado en el voto y Cuba saldrá adelante frente a los que instigan odio, esos que beben su bilis, fascistas perros rabiosos.

Mientras tanto, Cuba llega a las medallas del oro, con la ciencia en las espaldas y la conciencia en el torso.