La Habana, Cuba. – Quizás el 8 de septiembre de 1943, Julius Fucik entonó su cálida voz en la celda 267 de la cárcel de Plot-Zensee, en Berlín.

El periodista, antifascista y comunista checoslovaco iba a morir en la horca, pero antes había escrito: «Si canté toda mi vida, no sé por qué habría de dejar de cantar ahora, precisamente al final, cuando la vida es más intensa«.

Detenido por la Gestapo «en una hermosa y templada noche de primavera«, como él dijera, el miembro del Comité Central del Partido Comunista fue trasladado de la cárcel checa de Pankrác a Berlín, en el verano de 1942, torturado y colgado poco después.

El Día Internacional del Periodista, el 8 de septiembre, es un justo homenaje a Julius Fucik, quien se despidió de nosotros con aquel futurista: «Hombres, os he amado. ¡Estad alertas!«.

Reportaje al pie de la horca

En trozos de papel higiénico, suministrados por el guardián Adolf Kolinsky, el periodista checoslovaco Julius Fucik escribió su testimonio Reportaje al pie de la horca, desde la cárcel de Pankrác, en Praga.

Son páginas en las que van de la mano el amor, el valor, la traición, las torturas, la esperanza y la necesidad de batallar por valores humanos más altos.

Julius Fucík escribió sobre Adolf Kolinsky que era hermoso encontrar a un amigo que con el mismo uniforme de aquellos que no tienen más que gritos y golpes, da la mano para no perecer sin dejar huellas, para dejar un mensaje a los hombres del futuro y para hablar con los que sobrevivirán y alcanzarán la liberación.

Reportaje al pie de la horca fue sacado de la prisión hoja a hoja y publicado en 1945; se ha editado cerca de 300 veces en unos 90 idiomas.