La Habana, Cuba. – La grandeza del compositor Ernesto Lecuona ha opacado en cierta medida la de su hermana, Ernestina Lecuona Casado quien es, para muchos expertos, la más virtuosa y multifacética músico cubana del siglo XX.

Autora de las letras de la mayoría de sus obras, el registro de la matancera-guanabacoense integra canciones, canciones-boleros, criollas-boleros, fantasías-criollas, guajiras, valses, danzones, himnos, canciones de cuna, sones y boleros.

Dedicada a la enseñanza del piano, también se prodigó en descubrir talentos, entre ellos, a Esther Borja, quien ya en consagración absoluta, le dedicó en gratitud el disco Esther Borja interpreta canciones inolvidables de Ernestina Lecuona.

Fundó, además, la primera orquesta sinfónica cubana integrada por mujeres, de corta duración debido a cuestiones económicas; falleció el 3 de septiembre de 1951.

Hija eminente de Matanzas

La vida artística de Ernestina Lecuona tuvo unos 15 años de receso, dedicada la autora a la crianza de los hijos; dicen que ya crecidos, fue Ernesto Lecuona, en la cumbre de la popularidad, quien la llevó de nuevo a su labor como compositora, letrista y pianista.

Tres obras le dedicó su hermano: Danza negra, Mi vida es soñar y Anhelo besarte, y casi siempre junto a él, Bola de Nieve y Esther Borja, se presentó en Nueva York, Chile, Panamá, Perú, Uruguay, Brasil y Argentina, y en este último país fue incluida en la Sociedad de Autores y Compositores.

Nacida en la provincia yumurina el 16 de enero de 1882, la alcaldía la proclamó “Hija Eminente de Matanzas”, en 1942.

Ernestina Lecuona fue hija de padre periodista, estudió música, se casó con un veterinario y su nieto es el compositor Leo Brouwer.