La Habana, Cuba. El 18 de junio de 2020 se cumplen 13 años desde que dijera adiós a la vida Vilma Espín Guillois, la valiente colaboradora de Frank País en la clandestinidad, la amiga inquebrantable de Fidel, la compañera en la vida de Raúl.

Entregada a su trabajo, primero dentro de las filas del Movimiento 26 de Julio, luego como presidenta de la Federación de Mujeres Cubanas y fundadora del Comité Central del Partido.

Siempre con una sonrisa transmisora de seguridad ante los retos más grandes, y con voz delicada pero firme para reclamar un papel activo e igualitario de la mujer dentro de la sociedad.

Hoy, físicamente, Vilma no nos acompaña, pero perdura su ejemplo en cada cubana, que tiene ante SÍ el deber de continuar enarbolando las conquistas de una mujer en la que ternura y coraje fueron su esencia.

Con sonrisa alegre y fusil al hombro

Vilma Espín, la joven revolucionaria del pelo suelto y mirada dulce, dio sentido de vida a muchas féminas en Cuba.

En agosto de 1960 las convidó a sumarse la Federación de Mujeres Cubanas, organización que trazó como objetivo principal la incorporación de la mujer a la sociedad y al empleo, así como al programa de cambios sociales y económicos en marcha en el país por aquellos años iniciales de la Revolución.

De la idea de Fidel y Vilma surgieron también los Círculos Infantiles, y desde entonces varias madres trabajadoras y la familia en general han sido beneficiadas.

El próximo 18 de junio y todos los días, Cuba vuelve a recordarla, y no con tristeza o nostalgia de la gran mujer de sonrisa alegre y fusil al hombro; sino con la alegría y el orgullo que significa rememorar su legado.