Durante las últimas décadas, el tabaquismo se ha convertido en uno de los problemas de salud más severo. Considerado como la principal causa evitable de muerte en el mundo, es el único producto legal que mata a un tercio de sus consumidores.

Es una enfermedad causada por el uso excesivo de tabaco que ocasiona graves daños a la salud integral de adictos y no adictos a la nicotina. Un riguroso problema del tabaquismo es que produce no sólo daños a la salud de quienes practican ese hábito perjudicial, sino también de las personas que los rodean: los fumadores pasivos.

Establecida como una adicción de riesgo voluntario, se atribuye al tabaco la falta de absorción de las vitaminas A, B y C.

La acción del monóxido de carbono, el alquitrán y la nicotina aumenta el riesgo de cáncer pulmonar, de laringe, órganos digestivos y aparato urinario, así como acrecienta la frecuencia cardiaca.

Vivir más y con calidad

Dejar la adicción al tabaco conlleva a los síntomas típicos de la abstinencia, como son ansiedad, insomnio, cambios de humor, aumento de peso y otros.

Sin embargo, además de un ahorro importante en la economía de la personas, superiores son los beneficios que trae consigo el dejar de fumar. Por ejemplo, a los 20 minutos de no hacerlo, la presión arterial  y la frecuencia cardiaca regresa a su nivel normal.

Después de 8 horas, se establecen los niveles adecuados para el cuerpo de oxígeno puro, lo que permite que la respiración sea más profunda y los pulmones se oxigenen mejor.

A las 12 semanas de abandonar el hábito, la circulación sanguínea y el funcionamiento de los pulmones mejora, y en un periodo de 5 años sin fumar la persona reduce en un 50 por  ciento el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón.

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