La Tunas, Cuba.- La vocación por enseñar acompaña las 4 décadas de trayectoria laboral de Zoila Ferrales Mayor, maestra en el seminternado Jesús Argüelles Hidalgo de Las Tunas, con matrícula de unos 1 800 alumnos.

El reconocimiento más grande no lo tiene en medallas ni premios; su satisfacción está en el largo período dedicado a que los niños aprendan, sin que las dificultades y carencias la desvíen a otro sector en busca de mejoras económicas.

Un nuevo grupo recibe este curso en el primer ciclo, pues siempre le ha gustado trabajar con los niños de primero a cuarto grado, a pesar de lo complejo porque comienzan a leer, escribir, aprenden los números y a prepararse para la vida.

Algo que me ha tocado siempre es la buena relación con la familia y así nos ayudamos mutuamente, lo cual es más necesario en el actual curso por ser muy distinto y fuerte debido a la pandemia-afirma la educadora.

Entrega y amor por la docencia

Con 16 años de edad comencé a trabajar,  sin tener aún carné de identidad, recuerda Zoila Ferrales Mayor, egresada en la antigua Formadora de Maestros de Las Tunas.

Y agrega: desde chiquita me gustó ser maestra y a los 11 años entré a ese centro donde estuve 5 años, para después cumplir el servicio social en una zona rural del municipio de Colombia, donde me acogió una familia, junto a otras 2 maestras que éramos de Manatí.

Al retornar a su territorio trabajó también en el servicio rural, a lo cual siguió la Licenciatura, un curso en La Habana para laborar con niños sordos, y el regreso a la Educación Primaria desde hace 15 años.

La maestra de Las Tunas Zoila Ferrales Mayor, está algo próxima a la edad de jubilación, sin embargo, asegura sentirse con salud y ánimo para seguir trabajando con alumnos de seminternado.