La Habana, Cuba. – Quizás fue por azar, o porque bien conocían las características de quien encarnaría el personaje de Rita Pranganillo, popular personaje del espacio Alegrías de Sobremesa que por más de 40 años llegó a los hogares cubanos a través de Radio Progreso.

Pero quienes tuvieron el privilegio de acompañar a Marta Jiménez Oropesa, sabían que tan popular frase con que siempre acababa los enredos cotidianos en la casa de Rita y Paco, le quedaba justo a la medida.

Marta cumpliría el centenario de nacida este 25 de noviembre, y al decir de su hijo adoptivo Mario Miranda, fue una mujer extraordinaria.

“Tras convertirse en anunciadora exclusiva de marcas de detergentes y jabones, y en camaleónica actriz de radio, cine y televisión, se dedicó a difundir sus conocimientos por todo el país después del 59 sin cobrar un peso”, comentó Mario.

 Líder, humilde, desprendida

Marta Jiménez Oropesa –la entrañable Rita de Alegrías de Sobremesa- “tenía ese poder de convocatoria, ya fuera para una reunión en la cuadra como para un trabajo voluntario, siempre con una nota de humorismo.

No pasó un 23 de agosto sin que las federadas festejaran su organización con un pequeño ramito de flores, resultado de los grandes arreglos florales que le obsequiaban por la ocasión; así fue de humilde y desprendida”, rememora su hijo Mario.

“Nunca se apegó a nada material. Quizás muchos no sepan que la peluquería con que cuenta en los bajos el Instituto Cubano de Radio y Televisión, fue de su propiedad, la cual entregó junto a otros bienes al triunfo de la Revolución.

Y es que se involucró por completo en el proceso que se avecinaba, formando escuelas, ayudando en la fundación de las organizaciones de masas y las Milicias Nacionales Revolucionarias”.

Sin perder la ternura

La ética y profesionalidad fueron rasgos que caracterizaron a Marta Jiménez Oropesa. “Su maestría radicó siempre en corregir defectos sin humillar a nadie, en hacer que sus compañeros o discípulos se enamoraran del trabajo sacando lo mejor de ellos”, enfatizó Carlos Collazo, otro ser muy querido.

“A pesar de los desagradables momentos que pasó en sus últimos años, Marta nunca dejó de ser toda una profesional y hasta el último momento colaboró en diversos espacios de radio y televisión”, acotó Collazo.

Muy emocionada recibió Marta el agasajo por su cumpleaños 95 en el capitalino teatro Mella, donde no pudo desprenderse de esa humildad y sentido del humor que siempre la acompañó.

Allí, junto a sus seres queridos y compañeros de trabajo, recibió todo el cariño de un pueblo que siempre la recordará como lo que fue: una mujer que supo aceptar los avatares de la vida sin perder la ternura.

Su legado a las nuevas generaciones

Por su destacada labor en el ámbito cultural, social y político, Marta Jiménez Oropesa, Premio Nacional de la Radio, fue merecedora de numerosas condecoraciones y distinciones otorgadas por varias instituciones.

Todo ello se atestigua en la minuciosa recopilación de sus poemas, pertenencias y trayectoria profesional que realizaron Mario y Carlos -quienes la acompañaron gran parte de su vida-, y que se expone en el teatro Bertolt Brecht.

Queda para futuros actores, locutores, directores y pueblo en general, toda la impronta que dejara a la Cultura Cubana nuestra “Rita de barrio”, del antiguo espacio Alegrías de Sobremesa.

También estuvo marcada por las coincidencias, aun después de fallecida, como el haber nacido un 25 de noviembre, fecha en que Cuba perdió a su máximo líder, y al que “seguro se siente más cercano”, al decir de Carlos.