“Si el alcohol hiciera daño, ya yo estaría muerto”. Así expresa Pedro, mientras camina tambaleante, sucio y tembloroso, hacia su casa, también destartalada.

Allí no queda nada; solo una vieja cama de colchón mugriento, y dos sillas rotas. Este hombre ha vendido todo, hasta el refrigerador y el inodoro, para comprar ron “del bueno”, que mata igual que el otro, cuando se abusa del consumo.

Este individuo no tiene familia. Su esposa y los hijos se alejaron de él porque ya no soportaban sus escándalos etílicos, espectáculos violentos, y su irresponsabilidad ante los problemas del hogar.

Pedro era una persona amable y excelente técnico, pero a fuerza de beber, también perdió el trabajo, así como el respeto y la confianza de los demás. Ahora está enfermo, solo, hundido y vacío, pero él cree que está vivo.

Buscando ayuda

Las personas con problemas de adicción pueden encontrar ayuda en la Línea Confidencial 103. Solo tienen que llamar.

También pueden acudir a un Centro de Salud Mental. Si ese es tu caso, busca ayuda. Recuerda que lo peor es no reconocer que tienes ese problema, porque entonces no buscas ayuda.

Otro peligro es cuando no crees que las adicciones sean realmente peligrosas. Mira, el alcohol, por ejemplo, debilita al sistema inmunológico y facilita la entrada de infecciones. A ello se suma que el adicto suele visitar lugares de incidencia de infección y baja calidad de vida. Si está inmunodeprimido, puede contraer la tuberculosis y otras enfermedades.

Luego, la bebida impide la acción de muchos fármacos ya que afecta al hígado, que es donde estos se metabolizan.

Etiquetas: - -