¡Es que no le escucho nada! Foto: artemisadiario.cu

La Habana, Cuba.- El panorama sonoro de la capital cubana incluye motos, camiones, ómnibus y chivichanas; talleres donde se oferta chapistería y mecánica; futbolistas que patean la bola con la garganta; pregoneros incansables de pan, galletas, chatarra, ajo, cebolla, aguacate, huevos, pastel de guayaba;  tapiceros de colchones que en las casas los reparan; negociadores de pomos, de aluminio, de oro y plata; y los martillos neumáticos de empresas de gas y agua…

Añada niños que lloran, súmele perros que ladran, y los bafles del vecino que compiten en la cuadra con la música estruendosa del bici-taxi que pasa… Cualquiera se vuelve sordo con los ruidos de La Habana.  ¿Cómo dice? ¡Hable más alto! ¡Es que no le escucho nada!