La Habana, Cuba. – Entre las ocupaciones más lucrativas del mundo, la más pródiga de todas es la del que vende turnos; porque sin ningún esfuerzo, sin tener gasto ninguno, sin invertir ni una idea, lo que se embolsilla es mucho.

En aquellos establecimientos públicos donde hay que hacer largas colas (desde el día antes incluso), siempre aparece el colero enmarañando en lo oscuro, y con maña y triquimaña acapara varios números que vende a aquellos que tienen mucho dinero y apuro.

¿Dónde quedó la decencia, la educación, la cultura del que sin consideración quiere comprar más que nadie para revender después el amañado producto?.

Todos somos responsables, sálgale al paso compadre, que si se queda en lo oculto, no se acabarán las colas, el trapicheo, el insulto, hasta el día en que al colero también le llegue su turno.

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