Transcurría el mes de octubre de 1868. La política colonial española perjudicaba a todos los habitantes de Cuba, sobre quienes pesaban más de 70 impuestos fiscales, altas tasas aduaneras y una precaria situación que afrontaban los dueños de ingenios debido a una crisis mundial que repercutía en el mercado azucarero.

No fueron solo económicas las razones que llevaron a un grupo de hacendados criollos a conspirar contra la metrópoli.

“Nadie ignora que España gobierna la Isla de Cuba con un brazo de hierro ensangrentado”, afirmaba Carlos Manuel de Céspedes al denunciar las privaciones de libertados políticas, civiles y religiosas, así como el derecho de reunión.

Estas y otras causas despertaron el ideario independentista entre los cubanos y motivaron el alzamiento del 10 de octubre de 1868.

Arrancarle las armas al enemigo

A principios de 1868 existían diferentes tendencias conspirativas en toda Cuba. Los bayameses tienen el mérito histórico de haber iniciado un movimiento insurgente al crear el Comité Revolucionario de Bayamo.

Esta agrupación contactó con hacendados en Occidente, muchos de los cuales rechazaron la propuesta de participar en un movimiento separatista.

En todas las reuniones con elementos radicales de Camagüey y Oriente como prólogo del estallido de la guerra emancipadora, Carlos Manuel de Céspedes estuvo entre los más decididos en desatar la lucha.

En todo momento sostuvo el criterio de que las condiciones para iniciarla eran propicias. Mientras algunos exigían determinados requisitos y suficientes pertrechos, Céspedes hacía énfasis en las armas se las arrancarían al enemigo.

La Revolución se puso en marcha

En los primeros días de octubre de 1868, Céspedes y otros patriotas reunidos en el ingenio El Rosario, en Manzanillo, acuerdan realizar el alzamiento el día 14.

Las autoridades españolas están sobre aviso al tener información de las actividades conspirativas, por lo que fue preciso adelantar la fecha de la rebelión.

El 10 de octubre –hace 152 años- comenzó un nuevo período de nuestra historia cuando en el ingenio La Demajagua Céspedes inició la revolución con el grito de “¡Viva Cuba libre!”.

Al valorar la personalidad del Padre de la Patria, el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro dijo: “Céspedes simbolizó el espíritu de los cubanos de aquella época, simbolizó la dignidad y la rebeldía de un pueblo heterogéneo todavía, que comenzaba a nacer en la historia”.