Mucho habría que hablar de Manuel Sanguily, una de las grandes figuras de la historia cubana del siglo XIX.

Hombre de extraordinaria honradez y limpia ejecutoria, Sanguily, quien nació en La Habana en 1848, se sumó a la Guerra Grande con apenas 20 años.

Fue siguiéndole los talones a su hermano, el brigadier Julio Sanguily, bien conocido por el glorioso rescate de que fuera objeto por Agramonte y un grupo de sus hombres.

Participante en la Asamblea de Guáimaro y secretario de El Mayor, Manuel Sanguily estuvo entre 1877 y el 78 en los Estados Unidos, a donde fue enviado en busca de recursos para la revolución. Lo acompañó en esa misión su hermano Julio.

Orador y crítico literario

Paralelo a su quehacer patriótico, durante el período de tregua fecunda hasta 1895, Manuel Sanguily desarrolló una importante labor cultural.

Publicó una revista literaria, con la eventual colaboración de su maestro Enrique Piñeyro, así como una serie de biografías y críticas, algunas muy controvertidas, como la que emitió sobre Plácido, que le acarreó polémicas hasta con Piñeyro, según el criterio del fallecido Salvador Bueno.

Como orador, se recuerda el discurso “José Martí y la revolución Cubana”, pronunciado por Manuel Sanguily en un acto del Partido Revolucionario Cubano en ocasión del primer aniversario de la muerte de Martí, así como muchos otros suyos, correspondientes a la etapa republicana.

Período éste en que devino un alto exponente del nacionalismo cubano.

Voz contra el injerencismo

Finalizada la guerra, Manuel Sanguily retornó a Cuba para incorporarse a la Asamblea de Representantes del Ejército Libertador. Para entonces, ya había alertado contra todo intento de anexión.

Hombre culto y batallador, Manuel Sanguily estuvo entre los que alzaron su voz contra el llamado Tratado de Reciprocidad Comercial y en 1903 presentó al Senado un proyecto de ley contra la venta de tierra a los extranjeros.

Según la profesora Francisca López Civeira, Sanguily reafirmó todo el tiempo la mayoritaria voluntad independentista de los cubanos. Y durante la segunda intervención yanqui a Cuba, en 1906, mantuvo la defensa de la plena soberanía.

Manuel Sanguily falleció el 23 de enero de 1925, dejándonos el legado de su honradez y patriotismo.

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