Antes de 1959, la situación que el país presentaba en el sector hidráulico se correspondía a las condiciones de subdesarrollo económico existentes.

Las cifras así lo confirman. Por ejemplo, de los 300 asentamientos con más de mil habitantes, sólo 114 contaban con suministro de agua por acueducto y 12 con alcantarillado.

Funcionaban 16 instalaciones de cloración, mientras que el alcantarillado de La Habana resultaba insuficiente y necesitaba una urgente reconstrucción.

Con la Revolución, los recursos hidráulicos se convirtieron en patrimonio común, en función del abastecimiento de agua potable a toda la población, del desarrollo agrícola e industrial, de la prevención de los embates de la naturaleza como los huracanes y la sequía.

Potenciar nuestros recursos

Impulsada por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, surgía entonces la voluntad de desarrollar los recursos hidráulicos, y dar el lugar que le correspondía a esa área en la vida social y económica de Cuba.

Paralelo a ello, el 10 de agosto de 1962, se crea el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, fecha escogida también para homenajear a los trabajadores del sector.

Desde su surgimiento, muchas han sido las acciones de ese organismo encaminadas a mitigar los efectos de la sequía que ha padecido el país.

Un fuerte proceso inversionista y constructivo destinado a ampliar la infraestructura hidráulica, la rehabilitación de redes de conducción y distribución del agua potable, así como obras para completar el saneamiento ambiental, son otras acciones importantes que ha realizado el Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos durante más de medio siglo de creado.

Eterno visionario

Gracias a las ideas y acciones previsoras de Fidel, en la actualidad se dispone de una capacidad de almacenaje de agua superficial de más de 9 mil millones de metros cúbicos en 242 embalses.

Se han creado sistemas de acueducto, pues existen más de 22 mil kilómetros de redes y más de 2 mil instalaciones para su potabilización.

En todos estos años se han formado miles de ingenieros hidráulicos y técnicos, lo que le ha permitido al país contar con una fuerza especializada y capacitada para la elaboración de los proyectos, crear las normas cubanas y garantizar la continuidad de lo realizado.

Con gran satisfacción se comparte la experiencia y el caudal de conocimientos acumulados con otras naciones hermanas, fundamentalmente de América Latina y el Caribe.

Importante programa

”No hay desarrollo económico ni social posible sin desarrollo hidráulico”, afirmó hace más de medio siglo el Primer presidente y fundador del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Faustino Pérez Hernández.

Y es que la realización del programa Voluntad Hidráulica, por el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, demuestra alta vigencia.

De esa manera pudieron acometerse importantes programas para el desarrollo económico y social de Cuba, con prioridad en lo concerniente a la elevación de los niveles de producciones agropecuarias y la rama cañera– azucarera.

Hoy el reto mayor está en mantener y cuidar, al máximo, la colosal obra hidráulica edificada por la Revolución, con el liderazgo de Fidel, exigiendo a todos el imperativo de optimizar, tanto en el sector estatal como en el residencial, el uso del agua.