Al hacer referencia a un grupo de música campesina, en un espacio radial se decía que esa agrupación se escucha cotidianamente en el programa de televisión Palma y Cañas.

Y muchos ya se habrán percatado del error, pues el adverbio cotidianamente significa que ocurre todos los días; esto es: diariamente, y el citado programa televisivo es –como bien se sabe- dominical.

Entonces en aquella radio debió decirse frecuentemente, asiduamente, regularmente, a menudo. Aunque algunos censuran la frase a diario y recomiendan que se use exclusivamente el adverbio diariamente, la expresión citada está bastante extendida y es, por tanto, admisible.

Además, pueden emplearse indistintamente los sustantivos cotidianidad y cotidianeidad, sinónimos que designan la cualidad de lo cotidiano.

Niet, továrich

La posibilidad de articular cotidianidad y cotidianeidad trae a colación una dislalia cultural tan frecuente como el barbarismo de pronunciar semáfaro en lugar de semáforo, o cinterna en vez de cisterna, y enguincharse por engancharse…

Me refiero a esa lamentablemente muy repetida barbaridad de espontaniedad, contemporaniedad, simultaniedad, idoniedad…, que se escucha incluso en personas supuestamente “curtas y apreparadas” cuando pretenden decir espontaneidad, contemporaneidad, idoneidad, simultaneidad… y sustituyen la sílaba nei por la sílaba nie.

Pues niet, továrich. Esfuércese, ejercite la pronunciación adecuada, ¡dígalo correctamente!