Por: Yohandra Basabe

La tranquilidad ciudadana es una de las más importantes conquistas de la Revolución y preservarla constituye una misión sagrada para toda la sociedad.

Así nos informa la capitalina Gertrudis Betancourt, quien comenta, además, que la batalla contra las indisciplinas sociales solo puede ganarse con la más amplia participación popular, no permitiendo las groserías por encima del diálogo ni las exclamaciones de palabras obscenas.

Betancourt agrega que voces cómo “Vírense todos, ¡me pegué!» y otras expresiones como ¡pásate, bota gorda!, se escuchan con frecuencia todas las noches en la esquina de su casa, donde se reúnen varias personas alrededor de una mesa durante el juego de dominó y claramente, haciéndose acompañar de la botella de ron.

La pasión del cubano por el dominó

La capitalina Gertrudis Betancourt, de 90 años, nos aclara que aunque no conoce mucho del dominó, ve la euforia con que los cubanos se entregan a ese juego.

Pero lo que no acepta es la indisciplina social de los jugadores, quienes pasadas las 10:00 de la noche continúan con sus expresiones en alta voz: «Me quedo ahí» ó «Te voy a poner la fresca», así como también los ruidos que provocan con las piezas sobre la mesa, que producen gran estrépito.

¿Es necesario molestar a los vecinos?, se pregunta esta habanera octogenaria, quien afirma que en muchas ocasiones los jugadores hablan más de lo que juegan.

La capitalina Gertrudis hace un llamado a respetar el orden social en nombre de quienes se levantan temprano para asistir al trabajo o de aquellos que como ella, prefieren irse temprano a la cama.

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