Ciénaga de Zapata, Cuba. – Playa Caletón, se ubica en un bolsón de la bahía de Cochinos, en la Ciénaga de Zapata, al sur de Matanzas.

Caserío de pescadores, Caletón fue testigo de la primera visita del Comandante en Jefe, Fidel Castro a aquella apartada zona, una de las más olvidadas y pobres de la nación.

En marzo de 1959 Fidel recorrió la costa de Caletón

En animado dialogo con los pobladores de esa zona en marzo de 1959, Fidel hizo un bosquejo del futuro de aquel punto. En su conversación el líder de la Revolución habló de construir una comunidad de pescadores, proyecto que se materializó poco después en el sitio conocido por Buenaventura a poco menos de un kilometro de distancia y de organizar una Cooperativa de Pesca, la primera que se creaba en Cuba.

Fidel sostuvo un animado diálogo con los residentes en Caletón

Años después Caletón acogió una unidad de Guardafronteras, encargada de custodiar y mantener la tranquilidad en las aguas de esa región del sur matancero, pero su verdadero “boom” llegó muchos años después, en la primera década del siglo XXI cuando la playa se convirtió en parada obligada para cientos de turistas extranjeros y nacionales que escogen el sitio para descansar y disfrutar del mar.

Aguas rojas

Con una arena amarilla, rodeada de cocoteros, uvas caletas y otras plantas típicas de costa, playa Caletón ha devenido en atractivo turístico tanto para foráneos como nacionales, quienes se hacen presente en cualquier etapa.

Si bien su arena y el fondo marino no son sus principales atractivos, un fenómeno natural que ocurre en sus aguas distinguen a la playa.

Quienes se adentran en su aguas en la mañana las encontrará cristalinas y con un color azul, típico de cualquier lugar de la costa cubana, pero según avanza el día y el sol va ocupando su cenit el mar se va tornando al inicio carmelita claro, como agua de café, para ir subiendo la tonalidad hasta alcanzar un rojo cobrizo intenso, algo que hace al lugar un sitio singular y que se suma a sus encantos naturales.

En las tardes las aguas dejan su color azul para tomar un color rojo cobrizo

La causa del cambio de coloración está dada por la “entrada del río”, proceso natural que nos es más que la incorporación al mar de aguas dulces movidas por una corriente fluvial que atraviesa gran parte de la geografía de la Ciénaga de Zapata, la que en su avance arrastra hojas, ramas y raíces que van tiñendo el agua de un rojo cobrizo resultado de las resinas y el tanino que desprenden algunas de las especies de la flora de esa región. Un proceso natural que en nada afecta a la salud y que da un toque particular a la playa de Caletón.

La vigilante de la playa

Si esos atributos no fueran suficientes para resaltar a Caletón, otro asunto marca la singularidad y es la presencia cada día de Nera, una perra de color negro, que cual guardián de la playa la recorre en toda su extensión, aunque prefiere pasar más tiempo al final de la costa.

La presencia de Nera es cotidiana en playa Caletón

Propiedad de un lugareño, Nera interactúa con los bañistas y quienes se tienden en las arenas en busca de sol. Sin distinguir entre nacionales o extranjeros, el animal comparte baños, corre, juega y se convierte en un atractivo adicional.

Acostumbrada a nadar en aquellas aguas, Nera recibe la atención de los bañistas quienes comparten con ella golosinas y juegos, estando entre su preferidos el recoger cocos y objetos que le lanzan desde la orilla y presta nada hasta ellos y los retorna a tierra firme, conformando un verdadero espectáculo recreativo.

Nera interactua con los bañistas que acuden a playa Caletón

Si bien Nera se mueve por toda la costa, uno de sus sitios preferidos y donde se le puede ver con más frecuencia es en la plantación de cocoteros que marca el final de la playa. Allí corre o descansa y realiza uno de sus ejercicios predilectos, pelar con la boca algunos de los cocos caídos desde lo alto.

Cuando la tarde va marcando el final y la noche anuncia su llegada es cuando Nera se retira de la playa, sin dudas una de las últimas bañistas en abandonar las aguas rojas de Caletón, como si tuviera un instinto natural que la hace ser su guardián.

Fotos tomadas de la cuenta de Facebook de Casa Buganvilias