Serie «Con Vida» dedicada a temas de protección al medio ambiente

Matanzas, Cuba. – Para Ricardo Alexis Miranda, un matancero que lleva más de diez años desandando los bosques del sur de Matanzas a la caza de pájaros de varios tipos, no le pasa por la cabeza que su acción atenta contra el medio ambiente y el equilibrio natural, para el eso es “un negocio que le permite vivir y ganar más que si trabajara”.

Por desgracia muchos como Ricardo Alexis han convertido la caza y comercialización ilegal de aves en lucrativo negocio que está dejando una nefasta huella ambiental en muchos sitios de Cuba.

Sin dudas el archipiélago cubano clasifica en el Caribe entre los que contabilizan más especies de aves, algunas autóctonas, otras radicadas en nuestra fauna y un grupo no despreciable de aves migratorias que pasan una parte del año en la geografía de Cuba.

Patrimonio que despierta el interés de ornitólogos, amantes de la naturaleza y observadores de aves, muchos de los cuales viajan a la isla para grabar en imágenes y sonidos la presencia de algunas de esas especies; pero si bien son muchos quienes gustan de disfrutar de esas maravillas naturales, otros han convertido la captura y venta de ejemplares en un negocio lucrativo, poniendo en peligro la supervivencia de algunas.

Depredadores del bosque

Aun cuando las leyes cubanas penalizan los actos contra el medio ambiente y el Cuerpo de Guardabosques tiene la misión estatal de preservar la fauna que habita en la manigua cubana, no siempre esas acciones son freno para los depredadores de las aves, quienes se las ingenian para capturar miles de ejemplares cada año.

Lejos de menguar el problema a crecido en los últimos años, cuando los precios de esas aves se incrementan de manera explosiva en el mercado informal, el cual cubre toda la República.

Si bien el problema de la captura de aves cantoras y de otro tipo se registra en todas las provincias, existen zonas marcadas por la presencia allí de especies de alta demanda, de ahí que zonas boscosas de Pinar del Río, la Ciénaga de Zapata, el lomerío de Guamuhaya en el centro de la isla y las cordilleras de la región oriental son los escenarios donde más actúan los depredadores de la fauna alada.

Aves en el colimador

Quienes desarrollan la captura y comercialización ilegal de aves en Cuba tienen marcadas sus preferencias, ya sea por el canto, el plumaje o la belleza externa de los ejemplares, los que son arrancados de su medio natural para encerrarlos en jaulas.

Una de las primeras víctimas en ese ilegal negocio es la Cotorra cubana –Amazona leucocephala-, perseguida por su vistoso plumaje y la posibilidad de repetir palabras, lo cual las hace muy atractivas y simpáticas.

Cotorra cubana es víctima de los depredadores de aves

Con un plumaje de vistosos colores, donde predominan diferentes tonalidades de verde, rojo y negro, las cotorras son capturadas cuando aun son pichones, dado que los ejemplares adultos son difíciles de capturar y casi imposibles de enseñarles la reproducción de palabras.

Las cotorras por lo general ubican sus nidos en huecos de los arboles, a gran altura, muchas veces en oquedades creadas por los pájaros carpinteros. Su reproducción va de febrero a junio, mes este último donde los pichones ya empluman y comienzan sus primeros vuelos. Por lo general las cotorras anidan en palmas y arboles altos, algo que dificulta la captura de los pichones, escollo que es resuelto por los depredores de la fauna cortando el árbol, lo cual multiplica el problema, no solo por la captura de las aves sino por el daño a la floresta.

Indefensos y muy dependientes de sus padres para la alimentación, muchos de los pichones mueren por el impacto de la caída del árbol donde nacieron o de hambre en manos de los depredadores, que no saben cómo lidiar con su alimentación.

Las mayores poblaciones de cotorras se pueden localizar en Guanahacabibes, Cordillera de los Órganos, Isla de la Juventud, Ciénaga de Zapata, Cordillera de Guamuhaya, Sierra de Najasa, Sierra Maestra y las montañas de Nipe-Sagua-Baracoa.

Hoy un ejemplar joven, emplumado y en buenas condiciones puede superar los 100 CUC en el mercado informal, donde existe una alta demanda.

Otro que sufre el acoso de los mercaderes del trino es el Tomeguín del Pinar –Tiaris canora– muy común hace unos años en toda la geografía cubana, hoy convertido en una rareza en los montes.

Tomeguín del Pinar perseguido con fuerza por los mercaderes

Conocido con dos nombres vulgares: Tomeguín del Pinar, en la región occidental y central y Senserenico en la región oriental, es un ave pequeña de colores verde olivo, amarillo y negro y con un canto muy melodioso.Habitan en bosques bajos y en áreas de maleza, crean parejas estables y se reproducen entre abril y junio logrando por lo general más de tres pichones, los que cuidan hasta que aprenden a volar por si solos.

A pesar de su nombre, existe una singularidad y es que no habita en los Pinares de Mayarí, aduciendo la causa a las características medio ambientales del área.

Perseguido con saña por los depredadores, los ejemplares adultos y jóvenes son enjaulados pero al no adaptarse al encierro muchos mueren. Se calcula que por cada uno que sobrevive en jaula han muerto muchos inadaptados. En condiciones excepcionales se ha logrado su reproducción en cautiverio.Hoy en el mercado ilegal de aves cantoras un tomeguín del Pinar puede costar más de 60 CUC, incluso se han pagado precios más altos.

Es tal el interés por el ave, que la Aduana ha detectado casos de cubanos residentes en el extranjero que han intentado con diversos artilugios sacar de forma clandestina algunos ejemplares, mientras se reporta su presencia en Bahamas donde debe haber llegado por una acción humana, pues no es un ave migratoria.

El negrito, la joya de la corona

Si bien la lista de aves que despiertan el apetito de los mercaderes informales es larga, sin dudas el Negrito –Melopyrrha nigra– clasifica entre el más buscado.

Los negritos son comunes en jaulas por toda la Cuba

Su presencia se reporta en Cuba, cayos adyacentes y Gran Caimán. En el caso de Cuba las mayores poblaciones se ubican en puntos no muy alejados de las costas, con hábitat en matorrales, aunque también vive tierra adentro y en montañas bajas.

Importantes poblaciones se reportan en la Ciénaga de Zapata, el sur de Cienfuegos y Santi Spíritus, en particular en la región de Trinidad.Con un plumaje negro brillante, tienen unas plumas blancas en los extremos de las alas, anidando entre los meses de abril a junio.

Es una especie muy buscada por su agradable apariencia y por su canto. Es el macho el de mayor interés comercial, el que es usado para competiciones con apuestas, en las llamadas “peleas” de canto.

Los ejemplares enjaulados trinan en defensa de su “territorio”, y lo van haciendo cada vez más fuerte hasta que uno de los dos cesa su canto y para las plumas de la corona, acción que se denomina como “se enmoña” reconociéndose como perdedor.

Desde tiempos de la colonia eran perseguidos por su canto. En la actualidad ha crecido el interés por el Negrito, el cual se puede ver en jaulas en portales, terrazas de viviendas, barberías, cafeterías y paladares donde se exhiben como un atractivo adicional al negocio.

Su persecución y captura es muy intensa, en particular en la época de reproducción donde se atrapan cientos de ejemplares adultos y jóvenes, lo cual pone en peligro su cadena reproductiva. Algunos criadores logran su reproducción en cautiverio.

Se le considera como una pieza codiciada, en particular aquellos que demuestran potencialidades en su canto. En el mercado informal tienen valores que superan los 100 CUC y en algunos casos se han pagado hasta 300 y más CUC por un ejemplar.

Hoy es común encontrarlos enjaulados en cualquier localidad de Cuba.

Otras aves bajo la mirada

La gama de aves que hoy se comercializan en el mercado informal es amplia y variada, entre ellas están la Mariposa –Passerina ciris-, la cual tiene colores muy vistosos, aunque su canto no es el principal atributo.

La mariposa procedente de América del Norte también es ocosada

También se captura el Azulejo –Passerina cyanea-, esta especie es oriunda de Norteamérica y se caracteriza por un plumaje azul intenso, con énfasis en los machos.

El azulejo es codiciado por el color de su plumaje

Son aves migratorias, transitando el periodo invernal en México, Cuba y otras isla del Caribe, llegando hasta el norte de Sudamérica.

Acostumbran a aproximarse a los sitios urbanos, donde son fáciles presas de las jaulas con trampa. Aun cuando cantan su valor esta en el plumaje.

Otra ave víctima del comercio ilegal es el Verdón de pecho amarillo –Vireo flavifrons– conocido también como verdón. Es un ave migratoria que permanece en Cuba algunos meses en el invierno, habitando en zonas bajas y pantanosas.

El verdón procedente de América del Norte no escapa a los mercaderes ilegales

Su presencia es común en la Ciénaga de Zapata. Su plumaje es verde oscuro con el pecho amarillo y su canto es bonito y repetitivo.

Culpado en Cuba por su afición a comer arroz en las plantaciones del cereal, el Totí –Dives atroviolaceus– se asocia a la expresión popular “Todos los pájaros comen arroz y el Totí carga la culpa”, pero también es víctima de los depredadores de los alados.

Hasta el popular Totí es enjaulado en algunos sitios de Cuba

Con un canto insistente y un plumaje negro intenso, sus ejemplares también se comercializan. Practica que ha ganado intensidad en los últimos años, en particular de ejemplares jóvenes.

Su distribución es por toda la isla, con la excepción de la Isla de la Juventud donde no habita. Por lo regular vive en bosques bajos, incluso dentro de las ciudades, convirtiendo la arboleda de los parques y plazas en su área de permanencia.En ocasiones son confundidos con el Chichinguaco –Quiscalus niger-, un ave negra que también comparte hábitat con el Totí, pero son especies diferentes.

A la acción ilegal de la caza y comercialización de aves, tampoco escapa el Sinsonte –Mimus polyglottos-, el cual es perseguido de manera intensa, en particular los pichones que son robados de sus nidos y enjaulados. Esta práctica está poniendo en riesgo a la especie al cortar la cadena reproductiva.

El sinsonte es perseguido por su posibilidad de reproducir sonidos

Este tipo de ave imita las llamadas de otras aves, sonidos de animales e incluso ruidos de máquinas y música, lo cual ha despertado el interés de muchos, que los quieren como atractivo al reproducir sonidos diversos, en algunos casos hasta melodías de canciones. Se encuentra frecuentemente en áreas urbanas.

S.O.S por las aves

Como Ricardo Alexis Miranda, a lo largo de toda Cuba, son muchos los que se involucran en este irregular mercado de aves, sacadas de su medio natural para llenar bolsillos con ingresos no procedentes del trabajo.Aun cuando las leyes cubanas se erigen como valladar ante estas prácticas, la verdad es que en los últimos años el negocio ha prosperado de manera ex potencial y con casi total impunidad, llegando a los tribunales contados casos por esta lesiva practica ambiental.

Es tal la impunidad que sienten algunos de estas personas que es común verlos reunidos en parques, plazas y aceras con jaulas llenas de las aves, unas para demostrar sus cualidades y la mayoría en la búsqueda de posibles compradores.

Estudios científicos indican un marcado decrecimiento en algunas de las poblaciones de esas aves, de ahí la necesidad de poner freno a esta práctica ilegal.

De proseguir sin control la acción de los mercaderes del trino, los cubanos del futuro tendrán que conformarse con ver esas especies en láminas escolares, libros o videos, privando a las futuras generaciones de escuchar o ver a esos alados en su medio natural.

Tomado del blog Verdades de Cuba