Suele comentar –de muy buen humor- que va a vivir 200 años. Y uno, conociendo la fuerza de su personalidad y su sentido optimista de la vida, casi termina por creérselo.

Alicia Alonso es –será siempre- ejemplo de energía vital y voluntad ante las adversidades. Cuba venera a esta hija suya, nacida en La Habana hace hoy 98 años.

Y le agradece esa fuerza telúrica con que supo alternar su maestría de bailarina irrepetible, con la dirección del Ballet Nacional de Cuba, una compañía de enorme prestigio y en permanente renovación, que enorgullece a su pueblo.

Aclamada en escenarios de todo el mundo, por derecho propio se hizo leyenda. Es modelo de dedicación al arte, de disciplina, de entereza de ánimo, de patriotismo, con inagotables deseos de saber y de vivir.

Por eso hoy, cuando celebra su cumpleaños, toda Cuba exclama ¡Bravo, Alicia!

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