Caricatura de Alfredo Martirena sobre el burocratismo. Tomado del periódico Vanguardia

Estoy cansado, compadre, cansadamente indignado de ese que sin ser científico, ingeniero, genio o mago, vive con el seso humeante, contra todos inventando cómo embromar al vecino, al amigo y al extraño para sacarle el ahorro, la remesa y el salario.

Ese que altera las pesas, los precios y lo normado; ese que en todo lo ilícito entra gustoso en el tráfico; el que malversa en su puesto para revender más caro. Ese que roba lo mismo al párvulo que al anciano y cobra por los servicios que gratuitos da el Estado.

El burócrata indolente que a todo le pone obstáculo en turbia complicidad con venales funcionarios, todos los que en el bloqueo se escudan como descargo. Esa gentuza indecente, sin escrúpulo y recato, esos que no dan la cara pues son hijos del descaro.