Veintidós años bastaron a Frank País García para elevarse al altar de la Patria y convertirse en paradigma permanente de la juventud cubana. Para hallar fuerzas y ejemplo es necesario volver a esa figura genuinamente revolucionaria, y repasar la actitud de un joven convencido del poder de la ideas de justicia y dignidad del hombre.

Nobleza, amor por Cuba, inteligencia, honradez y humildad son características que identifican a Frank País, jefe de acción del Movimiento 26 de Julio y miembro de su Dirección Nacional. Frank se graduó como maestro en la Escuela Normal de Santiago de Cuba y llegó a ser presidente de la Asociación de Estudiantes de esa institución.

No se equivocaron los que vieron en él al hombre capaz de remover los cimientos horrorosos de la tiranía para bien de la Patria, con la aglutinación y respaldo a la lucha insurreccional en la Sierra Maestra.

Un héroe para todos los tiempos

El asesinato de Frank País y Raúl Pujol estremeció la conciencia nacional, y a partir de ahí la dictadura de Batista se vio más acorralada. Desde la Sierra Maestra, Fidel escribió a Celia Sánchez: ¡Qué monstruos!, no saben la inteligencia, el carácter, la integridad que han asesinado. No existe mejor apreciación para valorar al joven Frank País que esa del líder de la Revolución.

El Che también se expresaría sobre el joven santiaguero: Con Frank País perdimos uno de los más valiosos luchadores, pero la reacción ante su asesinato demostró que nuevas fuerzas se incorporaban a la lucha y que crecía el espíritu combativo del pueblo.

La insurrección armada en la Sierra Maestra y en el LLano demostró, un año después, que la historia de Cuba cambiaría definitivamente con el triunfo de la Revolución. La sangre de Abel, Frank, Ciro, José Antonio y muchos más germinó.