La localidad de Besazón, en Francia, vio nacer un 26 de febrero pero de 1802, al prestigioso poeta, dramaturgo y novelista romántico francés: Víctor Hugo.

También fue un político comprometido e influyente en la historia de su país en el siglo XIX.

Desde pequeño se destaca por su precocidad y sensibilidad por las letras.  A muy corta edad decide convertirse en escritor, y con 15 años de edad la Academia Francesa le premió un poema, preludio de su primer gran libro de elegías titulado Odas y Poesías Diversas.

En el preámbulo de su extenso drama histórico aparece su obra Cromwell, en 1827, donde plantea un llamamiento a la liberación de las restricciones que imponían las tradiciones del clasicismo.

Ese enardecido llamamiento se convirtió muy pronto en el manifiesto del romanticismo.

Escritor excepcional

La amplia obra de Víctor Hugo incluye también discursos políticos en la Cámara de los Pares, en la Asamblea Constituyente y la Asamblea Legislativa, especialmente sobre temas como la pena de muerte, la educación y los derechos de las mujeres.

De forma notable contribuye a la renovación lírica y teatral de la época; logra ser admirado por sus contemporáneos y por los escritores de la contemporaneidad.

Aunque ciertos autores modernos consideran a Víctor Hugo un escritor controvertido, su implicación política que le supuso una condena al exilio durante los 20 años del segundo Imperio Francés, permitió a posteriores generaciones de escritores una reflexión sobre  el compromiso de los intelectuales en la vida política y social de su país.

Sus opiniones morales, políticas y su excepcional obra lo convirtieron en un personaje emblemático a quien la tercera  República honró en su muerte con un funeral de Estado. REDACTÓ: TANIA CRUZ REMÓN.