Fred Astaire y Ginger Roger. Foto tomada de Internet

(Por el Cazador de Rarezas) En el Antiguo Egipto, cuando moría el gato de la casa, su dueño se depilaba las cejas, para exteriorizar su duelo.

Y ahora damos un enorme salto en el tiempo, hasta la Francia de los años 1500.

Allí, los que hoy denominan “varones, machos, masculinos”, no comían con tenedor ni aunque los matasen. Lo consideraban un comportamiento afeminado, pues el rey, Enrique Tercero, quien era homosexual, tenía especial preferencia por tal cubierto.

Ya en época más cercana: si les digo que Fred Astaire brilló bailando del brazo de Ginger Rógers, no estoy descubriendo nada. Tampoco si recuerdo que recibió el Óscar y el Grámmy. Ah, pero en su primera prueba para la productora MGM lo rechazaron, porque, dijeron, era “medio calvo y mal bailarín”.

El inventario

Sir Isacc Newton. Foto EcuRed

El británico Sir Isaac Newton revolucionó a la Física, y sus leyes son la Biblia de la Mecánica. Ah, pero no puede decirse lo mismo del brillante científico si analizamos su actuación política. Cuenta algún biógrafo que Newton, como miembro del Parlamento, sólo en una ocasión abrió la boca, para pedir que abriesen una ventana, pues el local estaba mal ventilado.

Lo que ahora viene, sí es locura. Un día cierto aeropuerto de Irlanda se declaró en alarma, por inminente amenaza de ataque terrorista.

Pero… ¿qué había originado todo aquel zafarrancho de combate? Ah, pues cierta dama, quien había recibido la noticia de que iba a visitarla su suegra, llamó al aeropuerto, y, para salir del paquete, la denunció como portadora de una potente bomba.