(Por Yeyo Santiesteban, el cazador de rarezas) Un anciano barbudo con sombrero de copa representa a la más poderosa e imperial nación del planeta.

Se dice que hasta muchos norteamericanos piensan que es Lincoln o Washington, pero la realidad se trata de… un carnicero.

El origen de esa imagen es Sam Wilson, un comerciante de carnes que suministraba al ejército estadounidense durante la guerra de 1812. Sus barriles de carne llevaban fuera las letras US, iniciales del nombre del país. Pero un soldado bromista dijo que significaban Uncle Sam, o sea, Tío Sam.

Y fue tan exitosa la patraña que en 1971 la imagen del carnicero fue reconocida por el Congreso como el símbolo nacional.

Inventario de rarezas

Comer rositas de maíz en el cine ha sido una costumbre muy extendida en buena parte del mundo. Pero… ¿cómo surgió tal uso? Pues se trata de un hábito que se irradió a partir de los Estados Unidos de Norteamérica. El fenómeno ocurre a partir de 1929, con la debacle económica conocida como la Gran Depresión. Hubo unos 14 millones de norteamericanos desempleados.

Y el principal medio de evasión era el cine, un espectáculo asequible para todos los bolsillos. Mientras veían la película, comían lo que sus limitados recursos alcanzaban.

Y, ¿qué alimento más barato que las rositas de maíz? El público las traía de casa, pero las propias salas empezaron muy pronto a ofrecerlas. Y ahí estuvo el origen de la extendida costumbre.