Radio Reloj la emisora que marcha junto al tiempo arriba a su aniversario 70 con el compromiso de seguir informando a nuestro pueblo y al mundo con la inmediatez y veracidad que la caracteriza. En la preferencia de los oyentes cuando de noticias se trata, este peculiar medio de información ha ganado ese prestigio gracias al colectivo que en ella labora. Raysa Mestril Gutiérrez, corresponsal de Camagüey hace aproximadamente 40 años es una de las protagonistas de esa hazaña.

 

Afirma que las mayores pruebas las ha vivido en tiempos de huracán, en ese momento, relata “sabemos que la población cubana sigue nuestra emisora minuto a minuto, y nos toca a cada uno de los periodistas que allí trabajamos actualizarlos. Los cubanos confían en que oportunamente los guiaremos e informaremos de lo que sucede en todo el país”.

Después de 40 años como relojera Raysa cuenta que anécdotas tiene muchas, pues son muchos años de trabajo, pero asegura que la más impactante fue la vivida durante  el sepelio y el tránsito por Camagüey de las honras fúnebres de nuestro Comandante en Jefe. Expresó que los camagüeyanos tuvieron el privilegio de que sus cenizas reposaran en el salón Girón de la Plaza de la Revolución y estar allí y ver la participación de nuestro pueblo, su reacción, el respeto a su figura, eso la marcó porque pudo apreciar el amor de nuestro pueblo hacia Fidel.

Con voz conmovida esa experta reportera dijo “Para mí Radio Reloj más allá de ser mi centro de trabajo, ha sido una escuela maravillosa, desde que comencé a trabajar ahí me enseñaron mucho y aún hoy me continúan enseñando. Es un colectivo maravilloso y aun cuando parezca una frase manida, considero que Reloj es una escuela no solo para los periodistas de la emisora, sino para todos los periodistas cubanos”.

Cercana a la edad del retiro Raysa asegura que continuará trabajando y seguirá informando con la inmediatez y veracidad que los cubanos esperan de esta emisora auténticamente cubana. Seguiré al lado de esta gran familia relojera que abarca desde la punta de Maisí hasta el Cabo de San Antonio y aunque ya no soy tan joven aquí permaneceré hasta que ya no tenga más fuerzas.