Por fin acabó la agonía. La Telenovela “La sal del paraíso” ya no estará más en la pantalla cubana.

La sal del paraíso” no fue del todo aceptada por la audiencia y menos aún por la crítica especializada. Por primera vez una novela de factoría cubana es desplazada del horario estelar y sustituida por su homóloga brasileña de turno.

Las novelas brasileñas son las número uno de su género en la pequeña pantalla; en Cuba como en muchas partes del mundo tienen excelente audiencia, pero a nuestro público también le gusta la producción nacional.

Ya hace algunos años que no se disfruta a plenitud de una novela bonita, sí, de esas que además de reflejar la cotidianidad, tengan buenas actuaciones, un guión original, escenografías bien hechas y creíbles, y sobre todo: un final feliz.

La sal del paraíso” comenzó mal, no enganchó al público desde el inicio, y eso que se esperaba con ansias volver a ver a nuestros buenos actores interpretando personajes fuertes, controversiales.

¿Será que en Cuba no existen familias funcionales, felices, con un HOGAR? Es costumbre que las novelas reflejen la verdad sobre fenómenos sociales, pero llevar ciertos temas a extremos se convirtió en premisa de esta última producción.

El amor no tiene edad, creo que fue la historia mejor contada dentro de tantas que salieron a colación. Aracely, una mujer madura, casada y con todas las comodidades prefirió luchar por amor; dejó a su esposo y enfrentó a los padres de Hansel, que no aprobaban la relación por la diferencia de edad.

 

Pero no todo fue así; creo que no hacían falta tantas lágrimas de Lorna, esa chica se pasó la novela entera sufriendo. Y cómo no hacerlo si le tocó la peor hermana del mundo, la que le dio la espalda cuando la necesitó, la que la culpó de la muerte de su madre, la que permitió que el marido la violara sin hacer nada, solo una cosa: justificarlo.

Personajes protagónicos creo que no hubo, si muchas historias entrelazadas, todas densas, fuertes, con intrigas, machismo, feminismo.

Ojalá que el próximo intento logre apoderarse de los hogares cubanos y que en ese horario todos sintonicen la novela cubana; que otra vez se repita la época de Sol de Batey, Tierra Brava, y otras que demuestran que si es posible hacer una buena producción audiovisual.