Decir Varadero,  es sinónimo de vacaciones, o por lo menos así lo interpretan muchos cubanos y extranjeros también.

La playa más bella del mundo es el mayor destino turístico de Cuba. De los tres millones de visitantes que arribaron a la isla en 2015, un millón 342 mil eligieron a Varadero. Y no desaciertan porque el destino playa-sol es un verdadero disfrute.

De pequeña visitaba junto a mis padres la playa azul de arenas finas, y aunque no fuera Pilar, el aire fresco despeinaba mi cabello.

En cada visita descubro algo nuevo, y es que Varadero es esa zona pequeña de la Atenas de Cuba que no duerme, porque sus calles no dejan de ser testigos de los transeúntes que las recorren de un lado hacia otro, aunque el cansancio sea agotador.

Ya son innumerables las veces que he cruzado el puente elevadizo que separa el cayo del resto de la isla grande. No sé si exagero, pero cuando llegas a la playa, se respira otro aire, en el que no importa nada más que disfrutar.

Las opciones recreativas son variadas. Las cadenas hoteleras abarcan más de 20 km de distancia, intercaladas con tiendas exclusivas. Pero no son la única opción.

Para elegir Varadero no es necesario poseer mucho dinero para gastar. Es verdad, hay opciones caras, pero para disfrutar no es imprescindible excesivas cantidades. Con solo bañarse en la playa, tomar el sol (sin abusar), ver a los niños hacer castillos en la arena, lanzar un platillo volador o correr detrás de nuestras mascotas, es más que suficiente.

En otras provincias de Cuba existen playas hermosas, como Guardalavaca en Holguín, pero ninguna se compara con Varadero, no por gusto es conocida como la Playa más bella del mundo.

De seguro que a partir de que comience el verano, más cubanos estarán de vacaciones y para Varadero.