El alcoholismo es un enfermedad crónica y aunque en ocasiones no se solucionan sus estragos, puede ser rehabilitable, afirmó a la Revista Semanal la psicóloga Yeney Mezquía, de la Escuela Latinoamericana de Medicina.

Destacó que como consecuencia de ese fenómeno de salud mundial, los pacientes alcohólicos pueden sufrir de cáncer, enfermedades cardiovasculares, hasta llegar a la muerte, además, los daños corporales pueden ser cirrosis hepática, infartos cardiacos y cerebrales, el delirium tremens, afectaciones renales y sexuales.

La especialista resaltó que el alcohol afecta psicológicamente al individuo, pues disminuyen las capacidades mentales, los procesos cognitivos, memoria, atención, y pensamientos.

Agregó la licenciada Yeney Mezquía que socialmente el alcoholismo provoca pérdidas de vínculos familiares, también incide negativamente en el estatus social, el aspecto físico, y la higiene personal.

La botella que se lleva la vida

Cuando el alcohol se impone en el estilo de vida de las personas se considera que existe una adicción, advirtió la psicológa Yeney Mezquía.

Precisó que es adicto el individuo que comienza a violar las normas sociales de consumo hasta llegar a la embriaguez, y pierde la capacidad de decidir y pensar en los daños evidentes.

El adicto require una cantidad de bebida alcohólica mayor, y para esa enfermedad existen muchísimos tratamientos, desde la atención primaria de salud, hasta el estudio clínico integral, donde se le administran al paciente vitamino-terapia, la sicoterapia de grupo, las orientaciones familiares y el seguimiento en un grupo de autoayuda.

La psicológa Mezquía exhortó a las familias más cercanas de los pacientes de alcoholismo a siempre persuadirlos en momento de sobriedad para que reciban ayuda médica.