La Habana, Cuba. – La capital de Cuba, La Habana, amaneció este lunes bajo las nuevas medidas de confinamiento, aunque aún se apreciaban algunas avenidas y calles con cierto tránsito de personas y vehículos.
El transporte público está paralizado al igual que el servicio de taxis estatales y privados. Banderas rojas señalan la prohibición de bañarse en El Mégano, Tarará, Santa María y Guanabo, en el este de la ciudad, donde hay focos de contagio.
Al mismo tiempo, las fuerzas del orden controlan el acceso a la costa para evitar imprudencias. Alrededor de la ciudad hay 14 puntos de control que limitan las entradas y salidas por autopistas y carreteras que comunican con otras provincias.
La gente tiene que entender el peligro que representa esta pandemia y que si no se controla nos puede llevar a una crisis, afirma el joven Yohamed Velázquez, enfermero del Hospital Calixto García.
Cumplir las medidas
La heladería Coppelia está desierta al igual que bares, cafeterías y restaurantes habaneros que están cerrados.
Las medidas de cierre son buenas y abren una esperanza para controlar a la pandemia, pero todo pasa por la disciplina de las personas, estima Diana García, jefa del almacén de la empresa de Electromedicina.
Como ha advertido el doctor Francisco Durán, la capital de Cuba es como un gran municipio, donde apenas una calle divide una demarcación de otra, por eso es fácil el contagio e importante el cumplimiento de las medidas establecidas.
El distanciamiento físico y el aislamiento social necesitan de la disciplina ciudadana para disminuir el alarmante repunte de los infectados, que ha llegado a cifras no vistas antes.
Por eso, es el esfuerzo colectivo lo único que nos regresará al camino de la nueva normalidad y reabrirá las puertas de La Habana.