Caracas, Venezuela. El sabotaje a instalaciones estratégicas, unido a tramas conspirativas de sectores de la extrema derecha, evidencian las intenciones de enrarecer el panorama y atentar contra la estabilidad de Venezuela.

A mediados de semana, el mandatario Nicolás Maduro denunció un ataque contra la refinería de Amuay, en el estado de Falcón, dirigido a sabotear la capacidad de producción de gasolina para el consumo interno, afectada de antemano por las medidas coercitivas impuestas al país por Estados Unidos.

Un misil disparado desde una aeronave no tripulada o una embarcación habría provocado la explosión en el enclave estratégico, perteneciente al Centro Refinador de Paraguaná.

Maduro responsabilizó al Gobierno de Colombia y a los servicios de inteligencia de Estados Unidos de encontrarse tras la organización y ejecución del sabotaje a Amuay, con el fin de limitar el suministro de combustible.

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