La Paz, Bolivia. – El racismo anti-indígena, del que hizo alarde en días pasados la presidenta golpista Jeanine Áñez, y la represión contra quienes discrepan del régimen, enturbian el clima de la próxima campaña electoral en Bolivia.

El Tribunal Supremo Electoral fijó para el 3 de mayo los nuevos comicios generales, anuncio que hizo abstracción del contexto que amplios sectores consideran carente de las condiciones democráticas necesarias para la justa electoral.

En un país de mayoría indígena, golpeada por el derrocamiento de su líder, Evo Morales, la jefa del régimen golpista llamó a la unidad contra el Movimiento al Socialismo (MAS), de Morales, e impedir que quienes llamó salvajes vuelvan al poder.

Su propuesta de todos contra el MAS la hizo el mismo día en que una encuesta privada verificó que ese partido sigue como primero en preferencias pese a que aún no tiene candidato y a la persecución que vive.